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La Laguna de Fuente de Piedra, uno de los humedales más emblemáticos de Andalucía, vuelve a mostrar una imagen que hacía años no se disfrutaba. Tras las intensas lluvias registradas en marzo, la lámina de agua ocupa casi todo el vaso lagunar y ha alcanzado una profundidad de 53 centímetros, lo que ha permitido que la colonia de flamencos haya comenzado ya su proceso de nidificación en el islote central.
Este humedal, el mayor de carácter temporal en Andalucía y el segundo más extenso de la península ibérica, se caracteriza por ser somero. La mayoría de los años, su nivel no supera los 50 centímetros y, con la llegada del verano, tiende a secarse. Sin embargo, en primaveras excepcionales, como la de 2019 —cuando se alcanzaron 120 centímetros—, la laguna ha llegado a conservar agua incluso durante el estío. La primavera de este año se perfila como una de las más prometedoras de los últimos tiempos, devolviendo la esperanza a este espacio natural y a las numerosas especies que dependen de su estado hídrico.
El delegado territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Málaga, José Antonio Víquez, ha explicado que “el nivel actual ha sido posible gracias a las lluvias de marzo, que han supuesto un respiro para este humedal tras varios años marcados por la escasez de precipitaciones”. En concreto, en marzo se han registrado 183 milímetros de lluvia en la zona, acumulando desde octubre un total de 403 milímetros, una cifra muy cercana a la media de los últimos 50 años, que se sitúa en 428 milímetros. “Este será el año hidrológico más lluvioso de los últimos seis años”, ha señalado.
El invierno fue seco y la laguna mantuvo entonces un nivel bajo, que apenas superaba los 30 centímetros. Pero la llegada de las precipitaciones en primavera ha transformado el paisaje. Este resurgir hídrico ha propiciado el regreso de miles de flamencos y la instalación de una nueva colonia en el islote central, recientemente restaurado por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente en el marco de un proyecto de recuperación de humedales, llevado a cabo entre finales del pasado año y principios del presente por valor de 1,3 millones de euros. En torno a la colonia ya se observan grupos de cortejo, lo que permite augurar la incorporación de más parejas en los próximos días.
“La singularidad de Fuente de Piedra reside en que es una laguna de interior, totalmente dependiente de la meteorología. A diferencia de las colonias costeras, aquí las precipitaciones determinan tanto la instalación como el éxito reproductivo de los flamencos”, ha recordado el delegado. El agua acumulada garantiza el aislamiento del territorio de cría y, lo que es aún más importante, la disponibilidad de alimento para los adultos y sus polluelos. Muchas de estas aves se desplazan a diario hasta 200 kilómetros para alimentarse en otras zonas húmedas, como las marismas del Guadalquivir, lo que convierte a esta laguna en el corazón de un sistema interconectado de humedales.
“Podemos decir que la colonia de flamencos de Fuente de Piedra funciona como uno de los grandes indicadores del estado ecológico de los humedales andaluces”, ha afirmado Víquez. En cuanto al anillamiento, ha incidido en que todavía es pronto para saber si se producirá durante este verano, “entre otras cosas porque debemos que tener una certidumbre científica clara de que se puede mantener el nivel de cría que tenemos en estos momentos”.
Este enclave natural, declarado Reserva Natural en 1984 e incluido en la Lista Ramsar y en la Red Natura 2000, es también un referente internacional para la conservación del flamenco común (Phoenicopterus roseus). Desde que se tienen registros, los flamencos han nidificado aquí en 35 de los últimos 41 años. Más de 230.000 pollos han nacido en este entorno, consolidando a Fuente de Piedra como la localidad más importante de España para la reproducción de esta especie.
Se trata de un ave longeva, que alcanza la madurez reproductiva entre los 3 y 10 años de vida y que solo pone un huevo por temporada. Gracias a los programas de anillamiento, se ha documentado la presencia de ejemplares de hasta 43 años en época de cría, lo que ha permitido conocer mejor su biología y el comportamiento de esta gran metapoblación mediterránea. Los flamencos que crían en Fuente de Piedra comparten vínculos con otras colonias de Francia, Italia, Turquía, Argelia y Túnez, lo que refuerza el valor estratégico de este humedal andaluz en el conjunto del Mediterráneo y el norte de África.
El pasado año, la laguna también experimentó una subida del nivel durante la primavera, aunque el agua desapareció a mediados de mayo, truncando los ciclos reproductivos de muchas aves. Este año, sin embargo, todo apunta a que el agua permanecerá durante más tiempo, lo que podría traducirse en un mayor éxito reproductor y una explosión de vida en este enclave natural. “Después de años difíciles, esta primavera nos devuelve la esperanza y confirma la importancia de proteger nuestros humedales. Fuente de Piedra vuelve a ser un símbolo del renacer de la biodiversidad”, ha declarado Víquez.