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El municipio de Cártama celebró ayer el Día de los ‘Jornazos’, al que asistieron 300 personas de todas las edades. Este evento, organizado por el área de Juventud e Infancia del Ayuntamiento de Cártama, tiene como finalidad conservar la costumbre de los hornazos en la localidad. El hornazo o “Jornazo”, como tradicionalmente se le llama en Cártama, es una especie de empanada que suele estar rellena con un huevo duro, tiene curiosas formas y se come en los días previos o posteriores a la Pascua.
Como en ediciones anteriores, se realizó una ruta de senderismo familiar que partió desde la Ciudad Deportiva y, por parte del Consistorio, se hizo entrega de hornazos a todas las personas participantes. Los asistentes disfrutaron de una jornada en plena naturaleza y durante el recorrido se hizo una parada donde se pudieron comer los hornazos.
Una vez finalizada la ruta, los más pequeños se divirtieron y dieron rienda suelta a su creatividad en los distintos talleres que se realizaron en el entorno del Parque El Castillo.
La tradición de los hornazos en Cártama
El hornazo es una especie de empanada, típica de muchas zonas de España. La gran mayoría de los hornazos coinciden en tener un huevo duro en su composición y se suelen comer en la misma época: en los días previos o posteriores a la Pascua.
Lo tradicional en Andalucía es que, a un huevo duro con su cáscara, se le rodea de masa de pan con las formas que se quieran, aunque lo más habitual es darle forma de pavo y el huevo es el interior. Hay una gran variedad de modelos, tantos como al panadero se le ocurra: pavitas, erizos, cestos, peces, cerditos, tortugas, etc.
En Cártama ese día era una fiesta. Todo el mundo participaba y las panaderías los cocían gratuitamente, aunque también se cocían en los hornos de las casas particulares. Era un día esperado y de mucho trajín en el pueblo, ya que podía verse a la gente con bandejas de hornazos por las calles camino de las panaderías.
La elaboración en Cártama se sale de lo tradicional, al dar rienda suelta a la imaginación con las más variadas formas y componentes. Si lo habitual es dar forma de pavitas con un huevo dentro, en el municipio, además de variar las formas, se varían los ingredientes, al introducirles otros alimentos como chorizo o pastillas de chocolate. La cocción a veces deforma la masa de las formas más inesperadas, lo que también hace divertida la espera de la salida del horno para ver el resultado.
La fiesta para comer los hornazos consistía en irse a un campo cercano o a la zona de Las Viñas y merendar debajo de cualquier árbol, ya sea en familia o individualmente.