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Esta es una de las conclusiones del seminario ‘Buena Vecindad’, enmarcado dentro del proyecto ‘Vivir en Casa’ impulsado por la Universidad de Málaga en colaboración con la Junta de Andalucía celebrado en la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo
El progresivo envejecimiento de la población es una de las transformaciones sociales más relevantes de nuestro tiempo. Este fenómeno, lejos de ser únicamente un dato demográfico, plantea importantes retos para garantizar la calidad de vida de las personas mayores y en situación de dependencia. Problemas como la soledad no deseada o la pérdida de autonomía personal se han convertido en realidades cada vez más frecuentes que, en muchas ocasiones, obligan a este colectivo a abandonar sus hogares, pudiendo afectar a su bienestar emocional, físico y social.
Para valorar esta y otras cuestiones se celebraba el pasado viernes el seminario ‘Buena Vecindad. Proyecto Vivir en Casa’ en el Salón de Grados de la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo de la Universidad de Málaga.
‘Buena Vecindad. Proyecto Vivir en casa’ es una propuesta diseñada desde la empresa de inserción AIDEI en colaboración con la Asociación Arrabal-AID para promover la cohesión social y el empoderamiento de las personas participantes en el proyecto de innovación tecnológica y social de cuidados domiciliarios ‘Vivir en Casa’, implementado por la UMA en colaboración con la Junta de Andalucía.
El objetivo del encuentro ha sido informar sobre los resultados obtenidos en las diferentes acciones de análisis y promoción de la participación ciudadana que se han llevado a cabo. De igual modo han dado a conocer casos de buenas prácticas sobre intervención comunitaria y se han propuestos grupos de trabajo para buscar modelos de participación comunitaria enfocados a vecindarios.
Al encuentro han asistido Francisco Lozano Lares, decano de la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo de la Universidad de Málaga; Ana Rosa del Águila Obra, catedrática de la UMA e investigadora principal del proyecto y Ruth Sarabia, delegada Territorial de Inclusión Social, Juventud, Familia e Igualdad de la Junta de Andalucía. Sarabia ha sido una de las principales defensoras de este proyecto, financiado con fondos europeos. “El modelo de vecindad de nuestros abuelos se ha perdido en esta sociedad cada vez más individualizada. Por ello el reto es implicar a las personas para que volvamos a conectarnos y preocuparnos por los que nos rodean”, expuso la delegada, que aseguró que volvería “a pelearse” para que este proyecto siga teniendo fondos y sean posible nuevas ediciones que posibiliten el cambio en el modelo asistencial.
También ha estado presente Jesús Ruiz Lechuga, trabajador Social y gestor de casos del proyecto, que junto a Del Águila abordaron algunos de los aspectos innovadores y claves de esta iniciativa ante los participantes. Los expertos explicaron los puntos diferenciales de este ambicioso proyecto que se encuentra en la fase final de su desarrollo y que, como apuntaba Del Águila, ha puesto la tecnología al servicio de las personas de manera individualizada y sin perder el carácter humano.
El encuentro prosiguió con una mesa coloquio que expuso los resultados del análisis de la situación ‘Buena Vecindad. Vivir en Casa’ que han llevado a cabo desde AIDEI y Arrabal-AID. En este punto se contó con la participación de Esther Lumière, coordinadora del Proyecto A-Porta de la Confederación de Asociaciones Vecinales de Cataluña y Marta Ortiz, coordinadora de Proyecto Vincles de Fundación Isocial. Ambas profesionales representaron sus proyectos como ejemplo de buenas prácticas y nuevas formas de hacer comunidad. En el caso de Vincles, que se desarrolla en la zona del Pirineo Aranés, el éxito del proyecto ha recaído, según la responsable, en haber “sabido adaptar el proyecto a las necesidades reales de cada territorio”. Por su parte A-Porta se desarrolla a través de ‘picaportas’, representantes del tejido vecinal que, con una pequeña remuneración, actúan de nexo entre los habitantes de sus barrios y las diferentes instituciones participantes.
Cabe destacar, no obstante, que la necesidad de financiación ha sido uno de los aspectos más repetidos durante el encuentro por los participantes, reseñando la importante de contar con fondos para implementar las medidas adaptadas a las nuevas necesidades de este colectivo que ya en aumento.
Tras esto, se llevó a cabo una dinámica grupal con los asistentes para abordar el reto de promover una participación activa y eficaz a través de soluciones socialmente innovadoras capaces de crear redes vecinales que sustenten proyectos para combatir la soledad no deseada.
Tecnología para cuidar y cuidarse
‘Vivir en casa’ es un proyecto de innovación tecnológica y social de cuidados domiciliarios impulsado por la Universidad de Málaga en colaboración con la Junta de Andalucía. El objetivo de esta iniciativa es hacer frente a retos reales que viven muchas personas mayores o dependientes, como la soledad no deseada o la desconexión en su entorno más cercano o las limitaciones que merman su autonomía. Para ello propone un modelo innovador de cuidados domiciliarios, que incorpore la dimensión tecnológica en el hogar, la complementariedad de lo tecnológico y lo social para favorecer la permanencia en su propio domicilio de personas en situación de dependencia.
El modelo de Atención Domiciliaria ‘Vivir en Casa’ combina tecnologías avanzadas y servicios sociales para mejorar la vida de personas en situación de dependencia. El proyecto, pionero en España, ha implementado 15 hogares domotizados en el distrito de Teatinos de Málaga y busca expandirse a otras áreas, incluidas zonas rurales.
‘Vivir en Casa’ está liderado por la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo de la Universidad de Málaga y la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, con apoyo de los fondos Next Generation UE y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.