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Domingo 11 de mayo de 2025, Palacio de Deportes Martín Carpena, Málaga
A las 21:30 en punto arrancaba el segundo y último concierto de Joaquín Sabina en Málaga dentro de su gira de despedida “Hola y adiós”, y lo hacía ante un Palacio de Deportes Martín Carpena abarrotado, lleno de emoción, bombines y nostalgia. El público, entregado desde el primer minuto, sabía que estaba a punto de vivir una noche única: la última del flaco de Úbeda en tierras malagueñas.
El concierto comenzó con la proyección del videoclip de “Un último vals”, que desató la ovación general, especialmente cuando apareció en pantalla Joan Manuel Serrat. Fue la antesala perfecta para el arranque del directo con “Lágrimas de mármol”, primer tema del repertorio, que marcó el tono de una velada profundamente emotiva.
Acompañado por su banda habitual en los últimos tiempos —Mara Barros, Antonio García de Diego, Josemi Sagaste, Borja Montenegro, Jaime Asúa, Pedro Barceló y Laura Gómez Palma—, Sabina repasó buena parte de su cancionero más aclamado. No faltaron “Lo niego todo”, “19 días y 500 noches”, ni clásicos como “Y sin embargo”, “Contigo” o “Princesa”, con la que puso punto final a dos horas de música.
Entre canciones, Sabina recordó con cariño que “Calle Melancolía” la estrenó en el Zambra, el emblemático local de Pedregalejo que fue, además, el primero en contratarlo fuera de Madrid. Un momento cargado de significado que el público malagueño recibió con una ovación, entregándose por completo al corear el estribillo.
Durante “19 días y 500 noches”, al escuchar al público corear “Hola y adiós”, el jienense bromeó: “Veo que os sabéis el nombre de la gira”, desatando risas y aplausos. Tampoco faltó el agradecimiento a Villanueva de Algaidas por haber puesto su nombre a una calle, ni las proyecciones de videoclips y dibujos personales que acompañaron el concierto, aumentando la sensación de despedida.
En uno de los momentos más emotivos de la noche, Sabina confesó: “No os imagináis la emoción que ha significado para todos los que estamos aquí arriba estas dos noches de conciertos de despedida en Málaga”. La frase caló hondo en un público que no dejó de cantar, aplaudir y emocionarse.
El concierto terminó con “Tan joven y tan viejo”, cantada con la voz quebrada por la emoción y lágrimas visibles en los ojos del artista. Pero aún quedaba una última joya: “Contigo”, seguida de “Princesa”, que puso el broche final a una noche que Málaga no olvidará jamás.
Sabina dijo adiós, pero esta despedida suena a eterno agradecimiento. El flaco cierra su historia en los escenarios malagueños con dos conciertos que ya son parte de su leyenda.
(Texto: Daniel Villodres / Fotografías: Juanma López)