Pilares de Mujica ante falsos quejicas

José 'Pepe' Mujica

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“Cuando estos dos brazos se vayan, va a haber miles de brazos que los sustituyan”. Pepe Mujica.

El 21 de agosto de 2018, el expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Alberto Mujica Cordano recibió en la población granadina de La Zubia, el premio Poesía en El Laurel. Y contestó las preguntas. Y salieron sus tres pilares, revolución cultural, sobriedad y felicidad. Pero antes habló del Frente Amplio. Tras su fallecimiento no hay nada más leal que dar vida a sus palabras.

Contra los quejicas de “izquierda”

Mujica habló del Frente Amplio: “Uruguay es un pequeño país raro, muy raro, pero muy raro, ¿sabe por qué?, porque hace 48 años que logró que toda la izquierda esté junta, cosa que no se ha visto en ningún lado, porque la izquierda se divide por ideas y la derecha defiende intereses, sí señor, y por eso es más lúcida la derecha que la izquierda. Pero Uruguay es diferente por historia política, probablemente los partidos fundadores de Uruguay son los más viejos que quedan en Occidente, tienen tanta edad como el país”.

El Frente Amplio se define como: “fuerza política de cambio y justicia social, creación histórica permanente del pueblo uruguayo, de concepción nacional, progresista, democrática, popular, antioligárquica y antiimperialista, se integra por todos aquellos sectores políticos y ciudadanos que adhieren a los principios y objetivos establecidos (…) conformando una organización con el carácter de coalición movimiento y que se comprometen al mantenimiento y defensa de la unidad, al respeto recíproco de la pluralidad ideológica y al acatamiento de las resoluciones (…) abierto a la incorporación de otras organizaciones políticas y (…) ciudadanos que comparten su misma concepción”.

Revolución cultural que tiene olor a comida

El cambio ideológico como clave: “Hoy sabemos que el bicho humano es una cosa mucho más complicada que no funciona con un programa, que tiene en su interior mecanismos de decisión que a veces van más allá de lo consciente. Entonces, como pensábamos eso, (…) que podíamos cambiar el mundo, (…) solo cambiando las relaciones de producción y distribución, y que (…) íbamos a tener un hombre nuevo. Nos equivocamos de punta a punta, porque si no cambia la cultura no cambia nada”.

“Las únicas revoluciones válidas en el mundo son aquellas que cambiaron la cultura, […] la verdadera revolución es cuando hay cambio de valores y de paradigmas culturales. Es más fácil cambiar una realidad material que una realidad cultural. La palabra cultura es muy grande, muy genérica, pero hay una cultura que transmiten esencialmente las mujeres, […] Cuando yo hablo de cultura me refiero a esa cultura, la que tiene olor a comida”.

Contra las quejas que dividen

Mujica habló de la unidad de la nación hispanoamericana: “Toda España sembró una cultura que se desparramó por las venas del continente latinoamericano, por eso yo sé que las fronteras son las cicatrices de la historia, y están allí, pero sé que una lengua en todas sus variantes transmite algo más que un decir y un sentir. Pertenecemos a una comunidad que anda por el mundo, a la que le cantó Darío, esta herida que crece y que tiene su aventura. (…) Porque de Río Bravo a la Isla de Fuego hablamos parecido, sentimos parecido, a pesar de la enorme distancia”.

Y propuso un polo mundial emergente hispano: “Y no seremos alguien en el mundo que viene si algún día no encontramos la forma de estar juntos”.

Contra la máxima ganancia

“¿Cuál es el gran motor? La ganancia. Pero la diferencia que tiene la vida humana es que tenemos conciencia, y heredamos un capítulo formidable por ser gregarios. Eso que se llama civilización, ese capital que nos da la Historia. Porque el hecho de ser gregarios, se pudo construir eso. Porque como animales nos podíamos haber quedado y haber desaparecido. Pero por ser gregarios el hombre va en equipo, y fue precisamente por eso que pudo defenderse y desparramar la vida por el planeta entero”.

Sobriedad, felicidad e independencia

“Amo la vida, amo a conciencia la vida, defiendo el amar la vida. El único milagro que hay arriba de la tierra para cada uno de nosotros es haber nacido. (…) Y la felicidad humana está ligada a las viejas cosas más sagradas de la existencia: el amor, la relación con los hijos, un puñado de amigos… Tiempo para cultivar afectos. (…) Y te transformas en un comprador y en un deudor. (…) Ojo, no estoy haciendo apología de la pobreza, estoy planteando la importancia que tiene vivir con sobriedad (…) Porque trabajar hay que trabajar, y el que no trabaja es porque está viviendo a costa de uno que trabaja”.

Pero “por eso, cultiven la poesía, la poesía de pensar en la hermosura de su vida a pesar de las amarguras. (…) ¿Qué les quiero decir? Hay una independencia que hay que ganarla en la cabeza, y que depende de cada uno de nosotros. Yo creo que hay derecho que estas criaturas humanas en medio de este mundo, así como es, tienen derecho a tener un cacho de felicidad, de no irse de la vida siendo simplemente un comprador, sino alguien que haya gozado del amor, maravilla milagrosa de la vida, (…) y gracias”.