Artículo 4.875º: «Una deontología hipocrática en los oficios de la cultura»

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 36 segundos

El Juramento hipocrático o de Hipócrates es una serie de normas que todo médico se compromete a cumplir para el bien del enfermo, y, para el bien de la medicina.

A raíz del juramento hipocrático, que comprende una serie de mandatos que todo médico se compromete a cumplir, por ejemplo, no producir daño al enfermo. Pues a raíz de este juramento se empezó a aplicar y adaptar, con lo cual tenemos una Versión del Juramento hipocrático de la Convención de Ginebra, existe también una versión de Louis Lasagna, y una versión actualizada del juramento hipocrático o también llamado «Promesa del Médico» –no crean ustedes que soy tan listo y tan sabio y tan culto, que me conozco todas las versiones, sino que esto se encuentra en Internet, y, ciertamente, todo el mundo conoce, aunque sea por encima, algunas de las normas de ese famoso juramento hipocrático–.

A raíz, y por inspiración del Juramento Hipocrático, en cualquier libro de ética y moral, se enseña que otras profesiones, para evitar errores, evitar abusos, situar valores, se han ido haciendo códigos deontológicos en casi todas las materias y disciplinas y actividades profesionales. Existen códigos deontológicos en el periodismo, en la psicología, código deontológico de la abogacía, en la publicidad, etc.

Pero yo creo y expreso y pregunto, ya lo he hecho en diversas ocasiones durante estos últimos lustros y años, se plantea si se necesita crear un código deontológico en la Actividad Política y desde luego en los diversos sectores de la Economía, pero también en la Cultura y en la cultura…

Personalmente creo que sí, que en toda actividad y práctica humana se debe, por los órganos e instituciones y entidades que se ocupan de esos temas, crear códigos éticos o deontológicos, porque es la manera de que todo el mundo tenga claro sus límites, sus normas, sus valores. Es de alguna manera, en un mundo que cada vez camina hacia un mayor grado de amoralidad, antimoralidad, inmoralidad, relativismo moral, materialismo moral, hedonismo moral, etc., la forma de poner límites morales a la actividad humana.

O, dicho de otro modo, que los seres humanos, cada uno en su actividad, sea lo más ético y lo más moral posible, y, por tanto, sea lo más eficiente y lo más veraz y lo más útil y lo más bondadoso posible. Necesitamos una correcta moral aplicada en todos los campos. Que el que hace el pan lo haga bien, que el que cura una enfermedad lo haga bien, que el que arregla las ruedas del coche lo haga bien, que el que transporta un paquete lo haga bien, que el que escribe un artículo lo haga bien… es decir, necesitamos más moralidad en todos los oficios y profesiones, necesitamos verdad, bien, bondad, racionalidad, prudencia, eficiencia…

Creo que en la cultura y Cultura, y en todas las ramas del saber y de la enseñanza y de la educación, se necesitan, por actividades o saberes o ramas, crear códigos éticos y morales, o códigos deontológicos. Creo que es una necesidad humana universal. Creo que en todos los oficios culturales, todas las personas tienen que actuar bajo unos límites y unas normas… para el bien de todos. Que el que hace pintura o poesía intente hacerlo lo mejor posible, pero quienes seleccionan a los poetas, o los editores, o los antólogos, o los críticos, o los directores de museos, o… todos los oficios de la cultura, según actividades, generales o concretas, todos se atengan a una ética o moral mínima… Creo que esto es absolutamente necesario. Porque la cultura se alaba mucho, pero después, en la realidad, es en muchos sentidos una selva…

En los oficios de la cultura no solo existe el investigador, autor/a, creador… sino que existen multitud de oficios que están alrededor del objeto creado o incluso dentro de él. Desde la crítica, a los seleccionadores de obras o productos culturales, a los directores de entidades que exponen, a los agentes productores de esas obras, los directores de revistas, etc. Decenas de oficios. Y todos son importantes y todos son esenciales.

Tan importante es hoy que una persona abra un camino en la pintura o en la poesía o en la novela o en el ensayo o en el artículo periodístico o en las viñetas, etc., como todos aquellos oficios y personas que juzgan o valoran, que abren puertas o cierran. Y esto a y en todos los niveles territoriales… Que alguien debe juzgar un producto cultural, no porque el que lo haya hecho te agrade o desagrade, sino por su mayor objetividad o racionalidad posible. Porque alguien que tiene que cuidar a un enfermo en Urgencias tiene que hacerlo a todos por igual, no porque alguien te caiga bien o peor o mal lo hagas mejor o peor…

Creo que esto es una asignatura pendiente. ¿Quién sabe si se pierden obras y nombres que podrían haber llegado a niveles altos de la cultura y de la creación cultural? También aplicada a los sistemas de selección en la enseñanza y en la educación oficial y no oficial, reglado y no reglado. Creo que posiblemente se pierdan muchas obras, muchos autores de valía, o que podrían haber tenido valor, por la irracionalidad humana, y por las envidias, inquinas, zancadillas de unos y de otros, por los orgullos y las vanidades y las soberbias y los complejos de inferioridad o superioridad… ¿Quizás, si existe Juicio Particular, muchos deberíamos pensar que quizás, quizás también seremos juzgados por nuestras actuaciones en este campo o temas…? ¡Claro, dirán muchos, que no existe o no existirá dicha realidad o posibilidad de realidad…! ¿Pero, pero si existe…? ¿Porque una cosa es equivocarse sin darse cuenta y otra, equivocarse adrede…?

Por tanto, es obvio y evidente, que en todos y cada uno de los campos del saber y de la cultura y de la enseñanza y del aprendizaje, los órganos competentes, toda la sociedad y comunidad que se ocupa de ellos, deberían fijar unos códigos deontológicos. ¿Quién sabe si la ONU, si las Organizaciones profesionales, si la UNESCO, si…? ¡Pero creo que hay que hacerlos… por el bien de la sociedad y de la humanidad, y de todas las personas que están en este mundo y en estos mundos, de una manera o de otra…!

https://bsky.app/profile/jmmcaminero.bsky.social
© jmm caminero (11-18 mayo 2025 cr).

Fin artículo 4.875º: «Una deontología hipocrática en los oficios de la cultura».