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Con Izquierda Unida en el Gobierno andaluz la empresa pública ha dejado de ser una agencia de colocación para convertirse en un instrumento eficaz de servicio público. Nuestra compañera Elena Cortés y su equipo comenzaron un proceso de reducción de cargos directivos, que pasaron de 107 a 26, suponiendo un ahorro anual de 2.1 millones de Euros.
El ejemplo más elocuente del cambio radical provocado por IU en los entes públicos de las consejerías que dirige es el de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA, la antigua EPSA), dependiente de la Consejería de Fomento y Vivienda de nuestra compañera Elena Cortés, que en la presente legislatura ha reforzado su vocación social al tiempo que reducía en 81 sus cargos directivos: de 107 a 26, más de un 75%. Del máximo injustificable y derrochador al mínimo imprescindible y justificado. Con IU no hay sitio para privilegios en las empresas públicas.
Esta poda por arriba realizada por Izquierda Unida, que supone un ahorro anual de 2,1 millones de euros, acaba de recibir además el espaldarazo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). En una sentencia pionera, el Alto Tribunal autonómico ha establecido la legalidad del despido de José Manuel Vergel, que fue cesado sin indemnización tras constatar nada más llegar el equipo de IU a la Consejería que su puesto era innecesario y obedecía sólo a una colocación por razones partidistas. La sentencia marca un antes y un después y alienta a Izquierda Unida a continuar desmontando espacios de privilegio, opacidad e ineficiencia en la Administración.
El caso de Vergel es paradigmático de la colocación injustificada, fuera de cualquier criterio de mérito, capacidad o idoneidad, no digamos ya de transparencia, una práctica extendida en la antigua Empresa Pública de Vivienda de Andalucía (EPSA) hasta la llegada de IU. Vergel entró en EPSA en 2006 sin someterse a nada ni remotamente parecido a un proceso selectivo. ¿Su mérito para convertirse en alto cargo? Su estrecha vinculación personal y política con el que entonces era director de la empresa, Jorge Cara. Vergel, que irónicamente ostentaba el cargo de director de Recursos Humanos de EPSA, disfrutaba además de todo tipo de privilegios absolutamente injustificables entre ellos coche de empresa con el depósito lleno para el fin de semana.
Más de 20 de los 81 directivos cesados han demandado a la actual AVRA (la transformación radical en EPSA ha incluido también un cambio de nombre) por considerar que deben percibir ¡encima! una indemnización con dinero público por los servicios prestados.