Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 47 segundos
Con la primavera a la vuelta de la esquina, en apenas dos semanas (21 de Marzo), muchos de vosotros comenzáis a acudir a las consultas de alergología con la sintomatología de todos los años, y es que como dice el refrán todos se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena.
Lo más habitual es que llegado el calor, el veranito, la playa, las terracitas y las vacaciones, esa constelación de síntomas que nos ha tenido por 3-4 meses con la «nariz como un grifo», los ojos vidriosos y los pañuelos en los bolsillos prestos a ser sacados con rapidez ante los conatos de estornudos… se diluyan como un mal sueño y no nos quede ni un recuerdo en nuestra mente más allá del primer estornudo de la primavera siguiente.
El Dr. Jaime García Campos, que trabaja en la Clínica Lacibis de Cártama, nos comenta en las siguientes líneas los aspectos más relevantes a tener en cuenta.
«Muchos pacientes creen que la sintomatología de moqueo (rinorrea), estornudos y picores de nariz y ojos (prurito) son casi exclusivos de los meses de primavera, pero no pueden estar más equivocados.
La polinosis o enfermedad respiratoria causada por los pólenes con sintomatología ya sea de rinitis, rinoconjuntivitis, asma bronquial o una combinación de todas ellas, no está restringida a la primavera, aunque es su época estrella.
Algunas personas empiezan su «particular primavera» en los meses de enero y febrero, con el polen del ciprés (cupresáceas o arizónicas). Este año el descenso de las temperaturas tan acusado que hemos tenido en los meses de enero y febrero ha retrasado su periodo habitual de polinización y se espera que con la subida de las temperaturas en las próximas semanas genere síntomas más intensos al coexistir con la polinización de otras plantas como las gramíneas y el platanero de sombra o falso platanero.
La sintomatología típica de rinitis o rinoconjuntivitis se caracteriza por moqueo (rinorrea acuosa), estornudos de repetición, picor en nariz, paladar, oídos, garganta (prurito), taponamiento o congestión nasal y síntomas oculares como el lagrimeo y el enrojecimiento (hiperemia conjuntival), a los que se pueden sumar síntomas bronquiales como tos, pitos o sibilantes, falta de aire o disnea y presión torácica.
Cuando llega la primavera, y los síntomas despiertan la alerta entre los pacientes, llegamos tarde, pues solamente podremos intentar controlar los síntomas con antihistamínicos, sprays, colirios e inhaladores. El estudio y diagnóstico se puede hacer en cualquier época del año, pero iniciar el mejor tratamiento que existe y el único que puede curar este tipo de alergia, las vacunas o inmunoterapia, no se pueden empezar en esta estación.
El mejor consejo es acudir a nuestras consultas de alergología, cuanto antes, y si la sintomatología requiere una inmunoterapia, no olvidarse hasta el año que viene y acudir nuevamente para empezar esta terapia justo cuando termine la primavera».
Así que ya sabéis que os espera en los próximos meses y que tenéis que hacer para tratar esos síntomas, no dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy o no dejéis para el año que viene lo que podáis empezar a tratar este año.