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(María Damiani)El interés respecto a la fibromialgia viene creciendo en los últimos tiempos en España y afectando a millones de personas que sufren de fatiga intensa, pero los cambios en el sistema de salud y un mayor acceso a la información hacen que cada vez más exista la tendencia en los pacientes a no resignarse a recibir sólo métodos convencionales para aliviar sus síntomas.
¿Pero, cómo se puede vencer totalmente el dolor?
Es importante no internalizarlo como parte de la vida y reconocer el hecho de que lo normal no es estar enfermo, puesto que la salud es lo natural por derecho divino. Cada uno puede gozar y defender su derecho a la felicidad, a la alegría, a estar sanos y a ser libres, porque lo que reflejamos siempre: ¡todo el bien!
Juan Antonio González, psicoanalista de formación y terapeuta transpersonal, con amplios conocimientos en kinesiología, arguye que: «El origen de la fibromialgia está en la necesidad de sentirse amado y respetado, empezando por nosotros mismos».
No se trata solo de aliviar el dolor y seguir alimentando el miedo. Hay que limpiar el polvo debajo de las moquetas. Hay que curar lo que está en la consciencia de cada uno.
Existe una alternativa para sanar la fibromialgia desde la espiritualidad y partiendo desde la comprensión espiritual y de la convicción de la unión inquebrantable que cada persona tiene con la Mente deífica. En lugar de dirigir la mirada hacia donde pretende la enfermedad, es más beneficioso elevarse por encima del cuadro material y adquirir un conocimiento más profundo del ser espiritual.
Algunas ideas que pueden contribuir a la curación:
– Reconocer la unidad inseparable de la Mente divina con cada uno, pues esa Mente gobierna a su creación en armonía.
– Afirmar que la identidad verdadera del hombre es espiritual, por lo tanto está sano y sujeto solamente a condiciones espirituales. La afirmación con comprensión tiene un efecto renovador en la salud.
– Eliminar el temor con estas verdades espirituales, no aceptando ningún tipo de condenación sobre la salud, nada que pueda dañar o entrar en la consciencia imbuida de buenos pensamientos.
– Reconocer la presencia del Principio deífico, donde la salud y la armonía son las leyes.
Mary Baker Eddy, escritora y metafísica estadounidense, escribió en su libro Ciencia y Salud: «El Principio divino de la curación es comprobado en la experiencia personal de cualquier buscador sincero de la Verdad».
Tal es la experiencia de Cathy Barnes, de Texas. Ella había sido diagnosticada de fatiga crónica y sufrió por varios años. Cuando pudo sentir la calidez de la presencia sanadora del Amor, que la rodeaba por completo, pudo levantarse y prepararse algo para comer por primera vez en muchos meses. Durante los tres meses siguientes, oró mucho y cambió su perspectiva. Llegó a comprender que su verdadera identidad era espiritual. En base a esto ya no necesitaba esperar para ser sanada. Ya estaba sana.
Esta curación me hace pensar que, del mismo modo que un jardinero cultiva su terreno quitando las malezas y plantando las flores, así cada persona puede cuidar el jardín de su mente, limpiándola de todos los malos y limitantes pensamientos, cultivando hacia la perfección las flores y los frutos de pensamientos correctos, buenos y puros.
El poder sanador del Amor está siempre al alcance de todo aquel que busca curación. ¡Puedes comprobarlo!