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La albaceteña mostró su generosidad, compromiso, simpatía y humildad al público
(Redacción Merche López / Fotografía Salvador Aragón)La cantautora albaceteña Rozalén, abrió su alma y mostró su generosidad, compromiso, simpatía y humildad al público malagueño, dentro de la gira “Cuando el río suena…”, tercer álbum que ya ha conseguido ser Disco de Oro.
Colgado el cartel de “No hay entradas” dos semanas antes del concierto, Rozalén ofreció una noche que dejará huella a sus fans, sobre todo a los más pequeños que subieron al escenario para cantar con ella “Las Hadas existen” asegurándoles que “y los duendes también”. Era el primer concierto de sus vidas para muchos de ellos y “Cuando el río suena…” el regalo de cumpleaños.
Un concierto inolvidable (acompañada como siempre de Beatríz Romero, intérprete de lengua de signos) que comenzó por “Puertas Violetas”, el tema que muestra la militancia feminista de la cantante y que describió tras interpretarlo como “Un portazo a la violencia machista”, “Feminismo es sinónimo de igualdad” y “Otro mundo mejor es posible y eso debe ser entre iguales”.
En conexión constante con el público, la cantante fue contando las historias reales que hay detrás de sus canciones como “La que bailo para ti”, basada en la ruptura de una relación que tuvo; “El hijo de la abuela”, en el que cuenta como su abuela en un momento difícil en España acoge a un chico joven y perseguido, porque empatiza con su madre y de la que lanza un ideal: “Acoger sin perjuicios”; la historia de su tío abuelo, desaparecido en la Guerra Civil Española y que tras casi 80 años de su desaparición averiguó en qué fosa común estaba enterrado, “La Memoria Histórica es un tema más humano que político” asegura la cantante y, también, la historia de amor de sus padres con el tema “Amor prohibido”.
No faltaron temas como “Girasoles”, “Saltan chispas”, “Volver a los diecisiete” o “Antes de verte” en las más dos horas y media que duró el concierto de la incombustible cantante, quien no descansó un segundo dándolo todo a Málaga, donde confesó quedar sorprendida ante el aforo completo, recordando su primera vez en la capital ante tan solo una treintena de personas.