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La alhaurina y licenciada en Ciencias Ambientales Cristina León y Virgilio Ramírez, original de Rincón de la Victoria, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y graduado en Fisioterapia, llevan a cabo el proyecto “La Huella de la Alpargata”, unas charlas de concienciación ambiental a lo largo de Latinoamérica.
El proyecto nace el verano de 2017 cuando se toma la decisión de hacer un viaje diferente y de larga duración por Latinoamérica: a la vez de conocer y visitar esas tierras se decidió ayudar dejando nuestra huella.
El viaje dio comienzo en México a finales de octubre de 2017 y después de más de un año se sigue trabajando con la misma ilusión y energía para ayudar allá donde lleguemos. Ya se ha trabajado en Guatemala, Honduras, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú y ahora en Bolivia. El objetivo es alcanzar como mínimo la Patagonia, volver a casa y seguir luchando y poniendo nuestro granito de arena para conseguir un mundo más limpio y saludable.
«La Huella de la Alpargata» está conformada por Cristina León, Licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad de Málaga. Alhaurina de nacimiento, fue curiosa y apasionada por la naturaleza desde pequeña. Siempre ha tenido muchas inquietudes por mejorar la salud ambiental y siempre quiso conocer otras lenguas y culturas. Le acompaña Virgilio Ramírez, original de Rincón de la Victoria, estudió Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Granada y después se graduó en Fisioterapia por la Universidad de Málaga. Después de una beca erasmus y otra latinoamericana se quedó prendado de las grandes diferencias y lo bonitas que son todas las culturas del mundo.
Una vez que llegamos a la maravillosa península de Yucatán comenzamos a ver los problemas que generaba una mala gestión de los residuos y muchas veces, la falta de educación ambiental. Si te salías un poco de los cascos históricos de las ciudades y observabas a tu alrededor se podía ver una gran cantidad de plásticos inundando y contaminando el espacio. Por desgracia estas imágenes se repiten en todos los países que se visitan. En todos los países contrastamos que la gestión de los residuos es muy limitada y que la educación ambiental recién está comenzando o inexistente. Así que nos pusimos manos a la obra para explicarle a la gente qué ocurre con todos esos plásticos que se tiran en la calle, llegan al río y de los ríos los océanos. Se prepararon charlas dando a conocer todos los perjuicios que los malos hábitos de vida están generando y se visitaron colegios, colectivos sociales, congregaciones religiosas… el mensaje tenía que propagarse porque la solución es de todos. Ciertos colectivos, al conocer nuestras acciones, rápidamente se pusieron en contacto con nosotros para llegar a más personas a través de medios de comunicación extensivos como la radio o la televisión para poder abarcar a más personas.
En las charlas de concienciación ambiental se explican las consecuencias directas que tiene el uso excesivo de los plásticos en los mares y océanos y se propone hábitos de vida para disminuir el uso excesivo de plásticos. Se propone que se usen bolsas de tela o reutilizables cada vez que se compre algo, usar botellas de múltiples usos para el agua, no usar cubiertos, vasos ni pajitas desechables…y sobre todo se traslada la idea de que una vez que conoces el problema, tienes en la mano la solución y la propagación del mensaje con tus acciones. No hay excusas ni hay que esperar a que el problema lo solucionen otros, hay que empezar tomando conciencia uno mismo.
En ciertos lugares se ha colaborado con otras instituciones para trabajar más profundamente. En Santa Marta, Colombia, se han realizado brigadas de limpieza con los niños del barrio de la Paz para que se percataran del gran problema en el que vivían y se lo trasladaran a sus mayores. Se recolectó dinero para crea un punto de reciclaje y así empezar a educarse en la separación de residuos. Y también se trabajó en una campaña para que los restaurantes y bares de la ciudad no sirvieran la comida y la bebida en platos ni cubiertos desechables.
También se han realizado diferentes proyectos tal y como se especifica en la página web y en las redes sociales.
Después de más de un año “viajando con huella” la experiencia ha sido muy placentera. En todos los lugares que visitamos, en cuando toman conciencia de la problemática se ponen en acción porque como ya se ha comentado, esto es un problema a nivel internacional. Todos tenemos que aportar y poner nuestro granito de arena para mejorar la salud ambiental del planeta. Estamos deseosos de poder volver a nuestros pueblos/ciudades y seguir trabajando en todo esto, porque todavía queda trabajo por hacer, pero estamos en el camino.
Por último animamos a todos los lectores a que viajen y dejen su huella, o su ayuda de la mejor manera que ellos sepan. Hay muchas formas de ayudar, incluso no hay que viajar para ayudar, solo hay que proponérselo y llevarlo a cabo en nuestro entorno.
Estamos abiertos a recibir y a ayudar en todo lo que podamos a los queridos lectores. Conócenos a fondo o escríbenos al correo lahuelladelaalpargata@gmail.com También puedes seguirnos en Instagram y facebook