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Jon Valera Muñoz de Toro es un gran apasionado de los clicks de Playmobil. Algo que puede comprobar fácilmente quien lo visite en su tienda de Callejones del Perchel nº 15 dedicada principalmente a este juguete que ha acompañado en horas y horas de juego a los niños y niñas españoles desde hace algo más de 40 años.
Pero no es su única pasión. Entre otras se encuentran las aventuras de un personaje que este 2019 ha cumplido unos cuantos más y que también tiene un pequeño rincón en «La caja de los clicks»: Tintín, que alcanza ya los 90 años. Con cinco o seis, Jon quedó fascinado con las peripecias del intrépido reportero del fox terrier blanco, y es incluso miembro del colectivo «¡Mil Rayos!», la asociación tintinófila de habla hispana, llamada así como homenaje al ilustre capitán Haddock.
Y su afición por la obra del dibujante belga Hergé le llevó a primeros del presente año a participar en un concurso de Fotografía convocado por la Associació Catalana de Tintinaires 1001 de Barcelona del que ha resultado ser ganador en su primera edición.
El objetivo era evocar a Tintín, lo que llevó a este malagueño a ejercitar su creatividad. «Pensé en mi primer encuentro con Tintín, en mi infancia, y finalmente en las horas de juego creando mis propias aventuras, protagonizadas en algunas ocasiones por los clicks de Playmobil, otra pasión que a día de hoy también es parte de mi vida», explica. Y aunó ambas pasiones para plasmar en una fotografía ese sentimiento de juego infantil, con su propia versión de una de sus secuencias favoritas de «Tintín en el Congo», álbum al que la Fundación Moulinsart, responsable de los derechos de Hergé, ha dedicado el aniversario redondo del muchacho del famoso tupé con una versión original en color.
Jon no pudo estar presente en la ceremonia en la que se hizo público el veredicto del jurado el pasado 23 de marzo y a la que le hubiese encantado asistir si no hubiera coincidido con una Recreación Histórica -otra de esas pasiones que le sacan de la rutina diaria- que llevaba tiempo preparando junto a la Asociación Histórico – Cultural «Teodoro Reding» de Málaga, de la que es presidente. «Imagina la ilusión cuando me llamaron por teléfono para decirme: `vimos tu foto, y ahí estaba Tintín´», cuenta con su sonrisa habitual. Pero agradece no sólo el premio, sino también una bonita experiencia que le llevó a buscar la sabana congoleña de Hergé en la malagueña playa de la Misericordia.