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La muerte de ancianos por abandono en residencias, el fallecimiento de un enfermo a la espera de un respirador en el hospital o la falta de medidas de protección de los sanitarios son algunos de los casos por los que podrás reclamar daños y perjuicios por COVID-19. La crisis sanitaria por el nuevo coronavirus ha desencadenado muchas situaciones derivadas de una gestión improvisada, rápida o tardía por parte de las autoridades del país.
Todo el mundo se pelea por pasar a la fase 1 y algunos sueñan recién obtenida esta fase pasar la siguiente a fase 2. Escuchamos a nuestros gobernantes activar los diferentes sectores de la economía. Pero ¿Qué pasaría si por causa del COVID-19, hubiese un repunte mayor del que hemos tenido, y perdieran una gran parte de la población? ¿Cuánto cuesta una vida perdida con COVID-19 para el Ministro de Sanidad, D. Salvador Illa?
Esto aunque suene muy catastrofista es muy real, es cierto que el número de fallecidos ha bajado, pero si nos fijamos en las estadísticas podemos ver un repunte de ingresos, y lo más importante diagnosticados por medio de test rápidos o PCR, como pacientes asintomáticos con COVID-19. Esto quiere decir que de todos esos ingresos, una parte pasará a UCI, y otros por desgracia fallecerán.
A su vez seguirán creciendo los ingresos y diagnosticados, puesto que ahora en la fase uno se permite las reuniones, y sentarnos en una terraza así como muchas otras actividades. Si tenemos en cuenta esos datos, de nuevos asintomáticos, pensemos que en una terraza estaremos a dos metros siempre y cuando se cumplan estas medidas, tendremos también turistas, que previamente pasaran una cuarentena vigiladas telefónicamente, por lo que podemos aumentar los casos importados. Supongamos que una sola persona es positiva, asintomática o no, estornuda, sin mascarilla, porque se está comiendo y bebiendo, en ese momento y por aspersión estarían contagiados durante un periodo de 3 horas, o más, toda la gente que estuviese en esa terraza o los que llegarán después en ese periodo de tiempo, porque el COVID-19 tras esas tres horas al ser un virus muy pesado caerá sobre todas las superficies, mesas, sillas, suelo…
Si actualmente los Centros de Atención Primaria no están atendiendo a ningún paciente, solo lo hacen de manera telefónica y un médico que no mira tu expediente médico, en un estado de nuevo colapso, volveremos a tener las UCIS al completo y a todos los profesionales que han luchado contra el COVID-19 otra vez desbordados con más contagios entre ellos y más bajas.
Es importante que los Centros de Atención primaria atiendAN no solo a los pacientes con síntomas de COVID-19, también al resto de pacientes con patologías muy diferentes, del mismo modo que tengan todos los medios para detectar si alguien es positivo o no, y seguir todos los protocolos, que en la actualidad no se cumplen.
El Estudio de seroprevalencia, en España apunta a que entre un 1,1% (Ceuta) y un 14,2% (Soria) entre la población general habría pasado la COVID-19, con o sin síntomas.
Con un 5% de media, 1.005 personas (un tercio, aproximadamente) de ellas se han declarado asintomáticas. La cifra es aún provisional, a la espera de la realización de todas las pruebas más fiables a la muestra, que se concluirán en dos semanas.
Este muestreo en desarrollo SARS-CoV-2, los datos preliminares apuntan a que el número de infectados hasta la fecha (2,3 millones, según proyecta el muestreo) sería unas 10 veces superior al oficialmente registrado de casos confirmados por PCR. La cifra está muy lejos de representar la llamada inmunidad de grupo, debería superar entre el 60% y el 75% para garantizar un freno natural de los contagios, por ser escasa la población susceptible de infectarse.
Es por esto que el Ministerio de Sanidad y su Ministro D. Salvador Illa, nos empuja sin pensar en las personas que morirán con COVID-19, a un contagio de rebaño, dado que hasta el momento no se ha dado por el confinamiento vivido a no tener toda la población la misma carga virológica y carecer muchas veces de ella.