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Revista Lugar de Encuentro entrevista a Francisco Martínez, alcalde de Álora, para conocer de cerca como se ha afrontado la crisis del Covid-19
¿Se encuentra ante el reto más importante desde que es alcalde? ¿Cómo ha vivido esta crisis sanitaria?
Jamás imaginé tener que afrontar un escenario similar. Seguramente el escenario más desconocido y probablemente también el más complicado. Decretar cierres de espacios públicos, prohibir funerales, clausurar negocios que son el único sustento de muchas familias, etc.
Nada ha sido fácil, hemos tenido que trabajar con celeridad para dar respuesta a nuestros vecinos ante una emergencia sanitaria sin precedentes y la prioridad siempre ha sido acometer acciones que permitan contener la propagación del coronavirus.
Los alcaldes tenemos que estar siempre en primera línea, pero en situaciones como estas, más.
¿Cuáles son las principales medidas adoptadas por el ayuntamiento desde que comenzó la pandemia?
Al principio, nos centramos en la adquisición, elaboración y reparto de material sanitario. Muchos ciudadanos empezaron a elaborar mascarillas y batas de forma desinteresada, les estamos muy agradecidos.
Paralelamente también empezamos a acometer trabajos de desinfección de calles y edificios públicos.
Además, el Ayuntamiento puso en marcha acciones orientadas a ayudar a los vecinos que sufrían el cierre de oficinas públicas. Hemos gestionado solicitudes de desempleo, ERTES, moratorias de hipotecas, citas médicas y ahora también el ingreso mínimo vital.
¿Qué actuaciones se han realizado para apoyar al comercio local? ¿Y a las personas con menos recursos?
En cuanto al comercio, hemos eliminado el pago de agua y basura a los comerciantes durante tres meses, hemos eliminado el pago de licencias por obra, suprimido la ocupación de vía pública, la tasa por corte de calles y prorrogado todas nuestras tasas.
Además, con la ayuda del CADE, pusimos en marcha una oficina de atención telefónica para que los empresarios pudieran gestionar las ayudas que se estaban aprobando.
También hemos realizado campañas de fomento del comercio local y publicitado gratuitamente a nuestras empresas en todos los medios y soportes municipales.
Las personas con menos recursos han sido nuestra prioridad y nuestra mayor preocupación. Hemos habilitado un banco de alimentos municipal que ha recibido multitud de donaciones de particulares, asociaciones y empresarios. Además, aprobamos un plan de empleo para afectados por el covid-19 que ya está funcionando.
“Hemos gestionado solicitudes de desempleo, ERTES, moratorias de hipotecas, citas médicas y ahora también el ingreso mínimo vital”
¿A día de hoy cuál es la salud financiera del ayuntamiento?
Muy buena. Hemos realizado una gran labor económica y esto ha hecho posible que afrontemos la crisis con músculo suficiente. Tener unas cuentas saneadas nos permite responder a los vecinos en una situación tan excepcional como la que estamos viviendo.
También hemos agilizado el pago a los proveedores, entendiendo que así aliviábamos su situación aportándoles liquidez. Durante el estado de alarma hemos abonado más de un millón de euros sólo en pago a proveedores.
¿La población en qué grado ha cumplido el confinamiento?
Los vecinos han cumplido las normas y han dado ejemplo de civismo. Han colaborado con todas las medidas para contener el virus siendo responsables del éxito de las mismas. Los cuerpos de seguridad también han hecho un trabajo excelente.
¿Cuál será la denominada “nueva normalidad” en la localidad?
Afrontamos la “nueva realidad” como un reto para recuperar nuestra actividad económica y turística. Pero debemos de hacerlo con responsabilidad y prudencia. El uso de la mascarilla, la distancia social y el lavado de manos deben de formar parte de la rutina de cada uno de nosotros.
¿Cómo ve el futuro de Álora tras la erradicación del COVID-19?
Recientemente nos han otorgado la declaración de municipio turístico, es un buen empuje que sabremos aprovechar. Somos un pueblo de gente luchadora que sabrá salir reforzado de esta dura crisis.