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Los restos están localizados en el Cortijo del Almendral, en La Alquería, y se revelan como la estructura arqueológica más grande y mejor conservada de las localizadas hasta ahora, según el experto José Antonio Santamaría y la Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico
(Prensa Ayto Alh Torre) Una serie de nuevos sondeos encargados en 2018 por la Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico del Ayuntamiento de la localidad ha puesto de relieve, dos años después, un hecho histórico del que se viene hablando hace décadas, pero nunca se había confirmado documentalmente hasta ahora: la existencia de un segundo e importante yacimiento de época nazarí en Alhaurín de la Torre. Concretamente, estos restos, investigados e identificados por el experto José Antonio Santamaría, arqueólogo y habitual colaborador y conferenciante, constituyen las estructuras arqueológicas mejor conservadas y más grandes de las localizadas hasta ahora en nuestro término municipal. En la mañana de hoy, el alcalde, Joaquín Villanova; el concejal del Área, Manuel López, y el propio investigador, han acudido al paraje para conocer de primera mano el grueso de los trabajos, que se han venido realizando en una de parcela propiedad municipal, en el lugar conocido como Cortijo del Almendral.
Los hallazgos realizados durante los sondeos, según el experto, aconsejan poner en valor los restos para ser visitado en el futuro como yacimiento arqueológico, previa protección y catalogación. El tamaño del área de dispersión de los restos constructivos es de más de 7.500 metros cuadrados, con una longitud lineal superior a los 200 metros. Se trata de estructuras muy bien conservadas, con una cronología que oscila entre los siglos XIII y XV, plenamente documentado, y coincidente con los restos de la zona de Torrealquería (ver https://alhaurindelatorre.es/actualidad/4931-el-hallazgo-de-los-restos-de-un-antiguo-templo-refuerza-el-valor-arqueologico-de-torrealqueria)
En este periodo se produce una profunda transformación del terreno. Se acondicionan una serie de bancales o terrazas sobre la que se construye al menos un gran edificio rectangular de más de 50 metros de largo que parece articularse en torno a un pasillo central sobre el que desembocan habitaciones rectangulares de unas dimensiones muy homogéneas de 4 metros x 2 metro, lo que da a entender que constituía una fortaleza religioso-militar, una especie de monasterio para la piedad y la guerra santa, que en árabe se conoce como ‘rábida’ o ‘rabita’ (término andalusí).
La segunda intervención realizada este año se ha planificado con el fin de delimitar la extensión de esta estructura y del yacimiento, descubriendo un nuevo conjunto de estructuras al oeste de las encontradas en 2018 y que pueden ser la continuación de este edificio u otro edificio de igual características del anterior con una longitud de unos 60 metros.
Además de estos dos grandes bloques o estructuras en toda el área oeste aparecen más estructuras arqueológicas diseminadas por toda la ladera del cerro, e incluso a ras del propio camino moderno.
Este lugar había sido conocido por el hallazgo de dos inscripciones romanas del siglo I-II D.C. a finales del siglo XIX. Siempre se ha considerado un yacimiento romano, y algunos investigadores además han situado en sus inmediaciones un taller de cantería y cantera romana, muy reducidos y efímeros, pero las actuales investigaciones de Santamaría certifican la presencia más consolidada de los restos musulmanes indicados.