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Con un 30% de superficie protegida, la comunidad cuenta con las condiciones naturales idóneas para la cría de especies amenazadas como el lince, el quebrantahuesos o la tortuga boba
(Prensa Junta Andalucía) Casi tres millones de hectáreas de Andalucía cuentan con algún grado de protección por su alto valor medioambiental. Esto supone un 30% de toda su extensión, lo que convierte a Andalucía en la comunidad autónoma que más superficie protegida posee en España, superando en extensión la superficie total de países de la Unión Europea como Eslovenia o Luxemburgo.
En concreto, Andalucía cuenta con 310 espacios protegidos distribuidos por las ocho provincias andaluzas, donde especies amenazadas levantan sus particulares baluartes en su combate diario por la supervivencia. Es el caso del lince ibérico o el quebrantahuesos, cuyo futuro está ligado a la protección y conservación de los espacios protegidos andaluces.
Sin duda, Andalucía cuenta con las condiciones naturales idóneas para la recuperación de ambas especies sobre las que pesa el título de ‘en peligro de la extinción’. A esto se añade el compromiso del Gobierno de Andalucía, que cuenta con sendos programas de cría en cautividad para reforzar la población.
Este esfuerzo está teniendo sus frutos. Es el nuevo ‘baby boom’ de la naturaleza andaluza, que tiene en el nacimiento inesperado de 60 tortugas boba en una playa de Marbella, su imagen más singular y esperanzadora. Nunca antes esta especie amenazada había depositado sus huevos en un enclave tan al oeste del Mediterráneo.
Los cachorros
Este año nueve cachorros de lince ibérico nacieron en La Olivilla, el centro de cría que tiene la Junta en las inmediaciones de la localidad jiennense de Santa Elena. Además, el censo total de linces hecho público hace tan solo unos días, apuntaba a que el 70% de estos felinos registrados en territorio español se localiza en los cuatro núcleos andaluces –Andújar-Cardeña, Guarrizas, Doñana-Aljarafe y Guadalmellato–, tras crecer la población de linces en Andalucía por encima del 3%. El año pasado nacieron 122 cachorros.
Asimismo, la temporada de cría del quebrantahuesos concluyó esta primavera igualando el récord de pollos nacidos en el centro de cría Guadaletín, instalaciones que se sitúan a casi 1.300 metros de latitud en el corazón del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. En total, nueve ejemplares lograron romper el cascarón en este centro de la Junta en Jaén, que también han adoptado este 2020 a tres crías procedentes de Cataluña.
Los últimos datos apuntan a que hay contabilizados más de 40 quebrantahuesos sobrevolando los cielos de Andalucía.
El compromiso del Gobierno de Andalucía por el futuro del lince ibérico y del quebrantahuesos sitúan a la comunidad como referente indiscutible a nivel internacional en la cría en cautividad y reintroducción de especies amenazadas en el medio natural. Del mismo modo, la respuesta de la sociedad andaluza ante el nacimiento este verano de 60 tortugas boba en la playa marbellí de Cabopino fue excepcional: más de 200 voluntarios velaron día y noche por los huevos y todas las administraciones sumaron sus fuerzas para proteger esta insólita puesta.
No es la primera vez que una tortuga boba desova en la costa andaluza. Hay algunos precedentes en el litoral de Almería. Pero sí es el nido de tortuga boba más al oeste del Mediterráneo de cuantos se conocen. Si la naturaleza lo permite y con una pizca de suerte, en unos años alguna o algunas de las crías que rompieron el cascarón en Cabopino regresarán a la costa del sol malagueña para nidificar sus huevos y, quien sabe, hacer de Andalucía un nuevo baluarte para la supervivencia de la tortuga boba.