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Mientras conservacionistas y líderes mundiales se preparan para reunirse en Marsella (Francia) con motivo del Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN, que se celebrará del 3 al 11 de septiembre, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente ha publicado un contundente informe de políticas en el que argumenta que alcanzar los objetivos medioambientales «exige un cambio drástico de la ‘conservación de siempre'». Su informe aboga en su lugar por un enfoque radicalmente diferente, uno basado en los derechos.
El congreso de la UICN propondrá ampliar los actuales esfuerzos en materia de conservación de la naturaleza, en particular el llamamiento a expandir las «Áreas Protegidas» para que ocupen el 30% del planeta. Por su parte, este revelador informe del relator de la ONU David Boyd critica los «fracasos» del modelo actual y en su lugar reclama «un enfoque transformador» que ponga los derechos humanos y a los pueblos indígenas en el centro de la conservación de la naturaleza, incluso en el controvertido Marco Mundial de la Biodiversidad posterior a 2020.
Los conceptos novedosos del documento de Boyd serán ampliados en el contracongreso que tendrá lugar antes del Congreso de la UICN en Marsella, los días 2 y 3 de septiembre. «Nuestra tierra, nuestra naturaleza» será un evento alternativo mundial único para descolonizar la conservación, que reunirá a más de 30 activistas, expertos y científicos indígenas y no indígenas de unos 18 países y ofrecerá una contranarrativa al congreso «oficial» de la UICN. Ya se han inscrito más de 1.600 personas para asistir al evento.
El informe de la ONU sostiene que el qué, el quién y el cómo de la conservación deben cambiar, y añade que «la aplicación de enfoques de conservación basados en los derechos es, tanto una obligación legal en virtud del derecho internacional, como la estrategia de conservación más equitativa, eficaz y eficiente disponible para proteger la biodiversidad a la escala necesaria para poner fin a la actual crisis mundial».
Fiore Longo, responsable de la campaña de Survival para cambiar el modelo predominante de la conservación, ha declarado hoy: «Los pueblos indígenas y Survival llevamos décadas defendiendo que la conservación-fortaleza impulsada por grandes organizaciones conservacionistas como WWF y la Wildlife Conservation Society (WCS) es devastadora tanto para la naturaleza como para los pueblos indígenas. Este informe de políticas del experto de la ONU en derechos humanos y medio ambiente dice lo mismo, y lo hace bien alto y claro. Ya es hora de que estas organizaciones y los gobiernos abandonen un modelo fracasado, racista y colonial y sitúen los derechos humanos y a los pueblos indígenas en el centro de la conservación de la naturaleza y de la lucha contra el cambio climático».
NOTAS:
«Nuestra tierra, nuestra naturaleza»: días 2 y 3 de septiembre de 2021, en Coco Velten, 16 rue Bernard du Bois, Marsella. Puede registrarse para acudir virtual o presencialmente al congreso aquí: www.ourlandournature.org/?lang=es
Tras el congreso, se celebrará una rueda de prensa el 3 de septiembre de 2021, de 10:00 a 11:00 CET. Puede registrarse para acudir virtual o presencialmente a la rueda de prensa.
El 3 de septiembre de 2021, de 16:00 a 18:00 CET, tendrá lugar una jornada de protesta por la descolonización de la conservación y por una justicia medioambiental. Se podrá participar virtual o presencialmente. La protesta presencial se realizará cerca del Congreso de la UICN, en Marsella.
Entre los ponentes figuran:
• El conservacionista keniano Mordecai Ogada, autor de The Big Green Lie, que explicará las tretas que hay detrás de las llamadas «conservaciones comunitarias».
• Pranab Doley y Birendra Mahato, activistas indígenas de los parques nacionales de Kaziranga (India) y Chitwan (Nepal) respectivamente, quienes expondrán las atrocidades que se esconden tras la conservación en sus tierras.
• Juan Pablo Gutiérrez, defensor de los derechos humanos, activista, fotógrafo y delegado internacional de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y del Pueblo Indígena Yukpa (Colombia).
• Lottie Cunningham Wren, abogada del pueblo indígena miskito. Defensora de los derechos humanos de los indígenas (Nicaragua) y ganadora del premio Right Livelihood 2020.
• John Vidal, exeditor de medioambiente del periódico The Guardian, Reino Unido
• Victoria Tauli Corpuz, tebtebba y exrelatora especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, Filipinas
• Dina Gilio-Whitaker, EE.UU., profesora de Estudios Indígenas Americanos en la Universidad Estatal de California en San Marcos y educadora independiente en Política Ambiental Indígena Americana y otros temas.
• Archana Soreng, activista khadia y miembro del Grupo Asesor de la Juventud del Secretario General de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, India.
Otros puntos destacados del informe de la ONU
Boyd afirma que «los Estados deben mejorar el borrador del Marco Global de Biodiversidad Post-2020 garantizando que los enfoques basados en los derechos sean obligatorios en todas las acciones para conservar, restaurar y compartir los beneficios de la biodiversidad, incluyendo la financiación de la conservación».
Es crítico con lo que describe como «modestas mejoras» del Marco Global de Biodiversidad Post-2020, e indica que todavía «no menciona los ‘derechos humanos’, no exige la debida diligencia en materia de derechos humanos en la planificación y financiación de la conservación, no reclama el reconocimiento de los derechos sobre la naturaleza de los pueblos indígenas y otras poblaciones locales, y no incluye ningún objetivo medible para hacer un seguimiento sobre la incorporación de los enfoques basados en los derechos».
Deja claro que la rápida expansión de Áreas Protegidas hasta abarcar el 30% de las tierras y aguas del mundo no debe lograrse a costa de nuevas violaciones de los derechos humanos de los pueblos indígenas y otras poblaciones locales.
Estos individuos y grupos «deben ser reconocidos como socios clave en la protección y restauración de la naturaleza», dice Boyd. «Hay que reconocer, respetar y apoyar sus derechos humanos, a la tierra y a la propiedad, sus conocimientos y sus contribuciones a la conservación».
Además, advirtió contra los enfoques de «conservación tipo fortaleza» que buscan restaurar «espacios naturales inmaculados» y sin habitantes humanos, asegurando que este enfoque ha tenido efectos devastadores sobre los derechos humanos de las comunidades que viven en las zonas seleccionadas, como los pueblos indígenas u otros habitantes rurales.