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El Portón vive una mágica noche de tributo a Manzanita con un espectáculo inolvidable
José Ortega, hijo del mítico artista, se hace acompañar por músicos de la talla de Raimundo Amador, Remedios Amaya y Manuel Cortés para repasar su amplísima discografía, ante un público entregado
(Prensa Ayto Alh Torre) El auditorio al aire libre de la Finca Municipal El Portón acogió anoche el concierto a cargo del artista José Ortega ‘Manzanita’, que contó con la colaboración de grandes músicos como Raimundo Amador, Manuel Cortés y Remedios Amaya, en lo que fue una inolvidable velada de tributo al autor de inolvidables piezas como ‘Quien fuera luna’ o ‘La quiero a morir’ o versiones como ‘Un ramito de violetas’ o ‘Verde, que te quiero verde’. El alcalde, Joaquín Villanova, y el concejal de Cultura, Andrés García, junto a otros miembros de la Corporación Municipal acudieron al espectáculo.
Como en cada evento que se ha realizado dentro del programa Estivalh a cargo del Área de Cultura, se tuvieron en cuenta todas las medidas sanitarias y restricciones que exigen las autoridades sanitarias conforme a la normativa vigente.
Fue una noche mágica en la que los asistentes pudieron disfrutar del talento y la voz de José Ortega, heredero del gran Manzanita, fallecido en 2004. Su hijo, protagonista del concierto, quien se ha hecho con una carrera que suma varios álbumes y numerosos conciertos por todo el país, demostró su talento innato en el escenario.
Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue cuando Manzanita invitó a Manuel Cortés al escenario, con el que interpretó “No me lo creo”, un tema muy popular de su padre. Seguidamente, pisaron el escenario Remedios Amaya y Raimundo Amador, quienes se ganaron los aplausos del público.
Un largo repertorio de canciones de amor y desamor fueron las que se interpretaron en más de una hora y media de concierto.
Momentos previos al concierto, el artista José Ortega ‘Manzanita’ se mostró contento por poder actuar en su tierra y recalcó que siempre estará agradecido con Alhaurín de la Torre, ya que es un lugar donde se siente muy querido.