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El proceso de digitalización que ha llevado a cabo la empresa en los últimos años juega un papel fundamental a la hora de planificar y ejecutar estas actuaciones, que se suman a las labores de mantenimiento desarrolladas durante todo el año
(Prensa Ayto Torremolinos) Aguas de Torremolinos, la empresa que gestiona el ciclo integral del agua de la localidad, es consciente de la importancia del buen funcionamiento de las redes de saneamiento por lo que está centrando sus trabajos en la limpieza de imbornales para evitar problemas de inundaciones en época de precipitaciones intensas.
De este modo, estos esfuerzos se suman a los trabajos preventivos de limpieza realizados de forma ordinaria a lo largo del año en el municipio para garantizar la máxima capacidad hidráulica en época de fuertes precipitaciones, teniendo en cuenta que los imbornales son los elementos urbanos que recogen el agua de la lluvia y la derivan a la red de alcantarillado, viendo limitada su capacidad de drenaje cuando se colmatan de residuos arrastrados por el agua de las precipitaciones.
En este tipo de actuaciones, el proceso de digitalización que ha realizado la empresa en los últimos años tiene una gran importancia y supone una ventaja a la hora de planificar los trabajos, ya que todo el sistema de redes se encuentra cartografiado y reflejado mediante aplicación informática GIS, lo que permite un mejor control a la hora de realizar el mantenimiento, tanto preventivo como correctivo de la red, y se puede observar exactamente en qué puntos es más urgente la intervención para poder establecer un orden correcto de prioridades.
En lo que va de año, se han limpiado ya 1.424 imbornales. En total, el término municipal de Torremolinos cuenta con más de 5260 imbornales, distribuidos a lo largo de los 175 Km que conforman las redes de aguas pluviales, residuales y unitarias del municipio.
Las toallitas, una grave amenaza para el saneamiento
Durante los trabajos de limpieza y mantenimiento que la empresa realizó durante el año 2021, se recogieron 192 toneladas de residuos sólidos. Entre estos residuos sólidos destacan, principalmente las toallitas, que suponen alrededor del 40% de los hallados; es decir, unas 77 toneladas de este desperdicio no biodegradable. Las toallitas son el principal causante del mal funcionamiento del servicio y hacen un grave daño al medio ambiente de las ciudades, puesto que estos elementos tardan más de 500 años en desaparecer. Además, tienen un grave coste económico para reparar los daños que provocan, y que es cercano a los 45.000 euros anuales.
Pero las toallitas no son el único residuo que se puede encontrar en la red de saneamiento; también es frecuente encontrar bastoncillos, pañales, tampones y, desde que comenzó la pandemia, mascarillas, todos ellos elementos que no se deberían tirar por el retrete en ningún caso.
Los equipos técnicos de Aguas de Torremolinos trabajan a diario resolviendo los atascos en la red general de saneamiento provocados por este tipo de residuos, lo que supone que se realicen intervenciones por atascos no solo en la red, sino también en las estaciones de bombeo, ya que estos desechos bloquean las bombas de impulsión. Un problema que se agrava incluso más en caso de llegar a las depuradoras.
La concienciación es la mejor herramienta
Para evitar estos problemas y lograr una adecuada gestión de estos residuos, Aguas de Torremolinos lleva a cabo diferentes campañas de concienciación a lo largo del año con las que pretende evitar los problemas medioambientales y económicos provocados por obstrucciones y daños en hogares, redes de alcantarillado, equipos de bombeo y estaciones depuradoras.
Para que no se produzcan estos atascos sólo se deben seguir estas sencillas recomendaciones: evitar arrojar elementos no biodegradables a los conductos de desagüe habitual del hogar, ya sean retretes, lavabos o fregaderos; utilizar papeleras en el baño para tirar las toallitas húmedas y otros elementos de higiene personal; y no arrojar nunca aceite usado por los desagües. El aceite se une a la sosa cáustica que contienen los jabones utilizados para la colada, produciendo una reacción que termina creando tapones en las tuberías. Con el paso del tiempo estos tapones se endurecen haciendo imposible el paso del agua con el consecuente atasco.