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Devastada por el fuego
hoy mi sierra Jarapalos
en el alma es un recuerdo
Con sus pinares quemados
arrasados por la mano de otro inconsciente de esos
Malnacido e inhumano
que por locura o despiste
Nos deja tan desolados.
El daño espantoso y cruel
se cumple con pocos años
En cárceles bien dotadas
con piscina, sauna y baños
de donde salen con pagas
Y sin publicar sus nombres
Dispuestos a reincidir
para, quemar otro monte
La belleza de esta sierra
Como otras tantas de, España
Se merece leyes duras
Contra estas alimañas
Este dolor que yo tengo
Como tantos alhaurinos
No debe quedar impune
Por la Sierra y sus vecinos
Por los que estamos en vilo
Cuidando de nuestras casas,
por aquellos seres vivos
que se han muerto tras las brasas
Por ese equipo humano
que se enfrenta cara al fuego
Y que se juegan la vida
Por salvar lo que tenemos
Está impotencia horrible
que me parte al alma en dos
y que me obliga a rezar
suplicándole a mi Dios
Que nos ampare y proteja
de esta desgracia infinita
Y que no se pierdan vidas
Que ya se perdió por siempre
una Sierra tan bonita
Tendremos que unir los brazos
Y poblarla nuevamente
Porque era nuestra sierra,
la de familias con niños
que subían cada tarde
a disfrutar con amigos
recorriendo sus senderos
cada tarde de domingo.
Hoy los pinares ya muertos,
la ceniza, humo y frio
Cubren sus soleados bosques
Todo es soledad y vacío
Y yo desde mi parcela
Siento el dolor de esos pinos
Que se queman impotentes
Bajo ese fuego asesino.
Susana López Chicón