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Serrat se despide de los escenarios rodeado de amigos en Starlite Catalana Occidente
«He venido a despedirme de ustedes, en persona. Esto es una fiesta de despedida, una fiesta a lo grande y la vamos a compartir en este importante escenario. Aparquemos la nostalgia, la melancolía, porque a partir de ahora todo lo que tenemos es futuro, como Starlite Catalana Occidente«,decía el artista catalán durante el espectáculo
«Esto es un adiós, pero solo de los escenarios. No me retiro de vivir». Con este mensaje planteaba Serrat su despedida de los conciertos, pero viéndolo actuar en el Auditorio de Starlite Catalana Occidente es difícil imaginar que no volverá a cantar para el gran público, porque demostró que su energía, voz y aplomo sobre las tablas siguen intactos tras más de 57 años de trayectoria musical.
Starlite Catalana Occidente vivió anoche una velada mítica, de las que no se olvidarán nunca. Uno de los grandes cantautores de la música contemporánea como es Serrat salía al escenario para poner el broche de cierre a toda una vida dedicada al showbusiness. Desde que en 1965 iniciara su actividad hasta su última gira, ‘El vicio de cantar’ es el nombre que mejor resume la razón de ser de su vida profesional.
«He venido a despedirme de ustedes, en persona. Esto es una fiesta de despedida, una fiesta a lo grande y la vamos a compartir en este importante escenario. Aparquemos la nostalgia, la melancolía, porque a partir de ahora todo lo que tenemos es futuro». Así daba la bienvenida Serrat en Starlite Catalana Occidente a una noche de celebración, de pura música y recuerdos, tras entonar a modo de apertura la canción ‘Dale que dale‘.
El trovador catalán, de 77 años, arrancó el espectáculo por todo lo alto, con uno de tantos temas que han conformado la banda sonora de varias generaciones diferentes, «Mi Niñez«, que puso en pie a un público dispuesto a corear todas y cada una de las canciones del repertorio. Porque si algo demuestra que un artista lo es con mayúsculas, es que sus canciones están en el subconsciente colectivo, dormidas, esperando el momento oportuno para cantarlas.
Entre los momentos más emotivos de la noche, cabe resaltar el delicioso dúo que Serrat llevó a cabo con Úrsula Amargós del tema ‘Es caprichoso el azar’. Una perfecta conjunción de técnica y delicadeza, aderezada con la veteranía y solera del artista catalán.
‘Lucía’, ‘Aquellas pequeñas cosas’ y ‘Hoy puede ser un gran día’ fueron algunas de las canciones recibidas con mayor entusiasmo. Himnos ya universales que han paseado el nombre de Serrat y de España por infinidad de países, conquistando corazones con sus letras.
Un concierto plagado de buenos recuerdos, sonrisas y un grato sabor de boca. Conmovió con ‘Mediterráneo’, la canción que lo catapultó a las más altas esferas de la música con un canto de amor a la naturaleza y a la tierra que, a día de hoy, ha alcanzado más de 45,6 millones de reproducciones en Spotify.
Antes de los bises y movido por su amor hacia la literatura y la poesía, llegó ‘Cantares’, la canción de los versos de Machado convertida. por Serrat en melodía, levantó al Auditorio que pidió sin descanso, durante varios minutos, que el concierto no párese aún. Y así, Serrat añadió una maravillosa ristra de grandes temas como ‘Penélope’, ‘Esos locos bajitos’ o ‘La saeta’, con el que puso el broche de cierre.
«Gracias por todo el cariño. Han hecho de esta noche una noche mágica, maravillosa» declaraba el cantautor, uno de los más importantes del país, diciendo así adiós en un concierto memorable arropado por el cálido público de Starlite Catalana Occidente
Acompañando a Serrat en una noche tan especial como única se encontraban Antonio Banderas con Nicole Kimpel, y el actor Óscar Martínez con Marina Borensztein, quienes disfrutaron del espectáculo en el Palco Presidencial junto a la pareja de empresarios Sandra García-Sanjuán e Ignacio Maluquer; la nieta de Joan Manuel, Luna Serrat, junto a Alba Díaz; o Fernando Martínez de Irujo; grandes amigos del cantante y de la familia Starlite, que quisieron arropar al catalán en una de sus etapas más significativas de su vida.
Además, Starlite Catalana Occidente reunió a dos presidentes de la Academia, Manuel Campo Vidal y María Casado, que no quisieron perderse este momento histórico. Y es que, aunque se retire de los escenarios, «el vicio de cantar no tiene cura, el vicio de vivir no hay quien lo esquive, el vicio de actuar te vuelve pibe, aunque baje el telón desde la altura«, como afirma Fernando Lobo en un poema escrito y dedicado especialmente a Serrat.