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Nuestra Señora de Gracia se reencuentra con su pueblo. La Ermita del Convento, Calle Cruz y la Puerta del Perdón acogieron a la Patrona de Alhaurín el Grande con sus mejores galas y decorados, a los que no les faltaron un detalle. Altares, los tradicionales muñecos representando a parejas de abuelos o las recreaciones de rincones emblemáticos de Alhaurín el Grande fueron algunos de los ornamentos para recibir a la Patrona.
El reencuentro culminó el día grande de la Virgen de Gracia, Patrona y Alcaldesa Perpetua de Alhaurín el Grande, con la solemne Procesión de Gloria, el 15 de agosto, portada y acompañada por los quintos y quintas, como es tradicional. La salida procesional contó con la participación de representaciones de los barrios participantes, asociaciones, hermandades y cofradías, además de los pequeños y pequeñas con trajes típicos. Una eclosión de alegría, colorido y petaladas al camino de la ‘Madre y Señora’, en un recorrido en el que mantones bordados, colchas de crochés y otras bordadas muy antiguas, como la de la entrada en calle Candilejas, engalanaron los balcones.
La Banda de Música de la Santa Vera Cruz, la Asociación Musical Manuel Amador y la Banda de Música de la Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno realizaron el acompañamiento musical a la Patrona en los distintos traslados. El Coro Rociero Nuestra Señora de Gracia fue el encargado de cantar las misas de los triduos.
No pudo ser en el mes de mayo, por las inclemencias del tiempo, pero finalmente se produjo el encuentro con el Señor del Convento en la primera visita de la Virgen de Gracia a los barrios, donde fue recibida con las angélicas voces de la coral “Aromas de Mayo” y una vez, dentro de la Ermita, la recibiría la Coral de la Santa Vera Cruz. Una noche en la que la alegría y el festejo continuó con la actuación de la Panda de Verdiales “Los Moras”.
La vecindad de Calle Cruz sorprendió a todas las personas que se dieron cita en el segundo traslado a los barrios. La recreación de una fuente, ante un mosaico de azulejo,la portada del palacio Fernán-Nuñez S. XVIII (ubicado en calle Cilla hasta los años 70 del S. XX), obras del artista e historiador del arte, Juan Pablo Rueda Aragón, o un niño de Dios en el portalillo de una vivienda crearon un ambiente entrañable que llegó al culmen con la interpretación de Marta Núñez a la voz y Hugo Salado a la guitarra.
El tercer y último traslado se celebró la noche del viernes, 12 de agosto. La Divina Madre fue recibida, por un pueblo que le profesa fe, devoción y gratitud. La Patrona llegó hasta la Puerta del Perdón de la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, mientras la Banda de Música de la Hermandad de Nuestros Padre Jesús Nazareno interpretaba la marcha solemne Hossana in Excelsis.
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