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Abrazar la Navidad y contagiar alegría tiene la recompensa de obtener momentos felices sin igual
Vuelve la Navidad y con ella la magia de volver a reencontrarse con la familia y amistades. Estas fechas son sinónimo de añoranza y a su vez alegría. Añoranza por aquellas personas que ya no están y que tanto se extraña: seres queridos, amigos o alguien que marca de forma especial. Alegría de abrazar la Navidad, que transporta de regreso a la niñez. Y a disfrutar de la compañía de tu familia. Encuentros y celebraciones en forma de almuerzo o cenas, y por supuesto, los regalos de Navidad bajo el árbol como marca la tradición.
Son fechas entrañables para repartir momentos felices a todo el mundo. El espíritu navideño ha de aflorar y brillar con luz propia. Gestos que enamoran. Pequeñas acciones que engrandecen el mundo. Es tiempo de vivir intensamente y hacer regalos de navidad.
-Solo hay que enviar un mensaje de felicitación a aquella persona que está sola y por circunstancias diversas no tenga el calor de su familia. Hoy día es más fácil aún. Con las nuevas tecnologías hay medios para llegar a quien se quiera. Y si no, una llamada de teléfono, una forma directa de entablar conversación con la otra parte. ¿Qué mejor regalo?.
-Llevar una flor de Pascua o cualquier detalle al vecino, o un juguete a su hija. En esta vida tan acelerada y de tanto estrés en la mayoría de las ocasiones solo se coincide en el ascensor del bloque de pisos. No coinciden los horarios. Que mejor momento que esta época del año para demostrar el recuerdo y el deseo de lo mejor y muchas felicidades.
-O bien tomar café con esa tita o primo que no se ve hace meses. Para ponerse al día de como os va la vida, salud y trabajo. Porque no se deja de ser familia, y todos debemos interesarnos por todos y saber al menos cómo va el día a día de tu ser querido. Y verse al menos una vez al año.
¿Por qué no ofrecerse a hacer la compra a la pareja de ancianos que vive en el barrio? Y que se sabe perfectamente que no disponen de la movilidad adecuada ni de la fuerza necesaria para transportar las bolsas de la compra desde el establecimiento hasta su casa.
En definitiva, es fácil complacer a quienes te rodean sin gastar demasiado. Todos estos gestos suponen una carga positiva, no solo a al alma, sino l propio ser. También a todas esas personas a las que has obsequiado e impregnado con esas acciones y regalos de navidad. Y lo más importante, les has recordado que existen y que importan. Esa gratitud es el mejor regalo de navidad que puedas recibir. Las experiencias son siempre más gratificantes y emocionales. Se vive el día a día demasiado acelerado y es preciso hacer “altos en el camino” y disfrutar del contacto humano y las relaciones sociales. Sin duda, es justo y necesario.