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CSIF condena la agresión a un celador de urgencias del centro de salud de Cártama y pide medidas contundentes ante la violencia hacia los trabajadores del SAS
- El sindicato, que ha convocado una concentración este miércoles en repulsa por lo ocurrido, denuncia que el sistema sanitario público andaluz soporta diariamente cinco agresiones a profesionales, uno de ellos en la provincia de Málaga
(Nota de prensa CSIF) La Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSIF, primera fuerza sindical multiprofesional en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), condena la agresión hacia un celador conductor del Centro de Salud de Cártama Estación el pasado domingo por parte de un usuario.
La víctima, que está de baja actualmente a causa de las lesiones sufridas, se encontraba de guardia en el servicio de urgencias el domingo, cuando alrededor de las 7 de la mañana acudió al centro sanitario el agresor, en estado de embriaguez y portando un vaso de cristal, para reclamar que se le suministrara trankimazin.
El trabajador le pidió que se calmara y le indicó que debía ser su médico quien le recetara este medicamento -que se utiliza para el tratamiento de los síntomas de ansiedad-, a lo que el usuario reaccionó de forma violenta. El agresor empujó al celador, que cayó al suelo, golpeándose con el mobiliario de la sala y sufriendo lesiones en codo izquierdo y rodilla derecha. El trabajador, que ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil, logró expulsar al agresor de las urgencias y dar aviso a la Policía Local de Cártama.
CSIF Sanidad Málaga ha puesto sus servicios jurídicos a disposición del profesional agredido, al que ha ofrecido todo su apoyo, y ha convocado una concentración este miércoles, a las 10 horas, en el Centro de Salud de Cártama Estación en señal de repulsa por este nuevo episodio violento hacia un profesional del SAS.
La central sindical condena las agresiones que sufren los trabajadores de la sanidad pública y pide a la Administración medidas contundentes para acabar con esta situación. Según los últimos datos facilitados por la Consejería de Salud y Consumo en la última Mesa Técnica de Prevención de Riesgos Laborales, en el primer semestre de 2022 se registraron 898 agresiones a profesionales del sector sanitario en Andalucía, 187 de ellas –el 20,8%- en la provincia de Málaga. Esto supone que el conjunto del SAS ha soportado de media diariamente cinco episodios de este tipo, uno al día en Málaga, que es la provincia andaluza más afectada por las agresiones, seguida por Sevilla y Cádiz.
A juicio del sindicato, esta situación es inaceptable, por lo que reclama a la Junta de Andalucía mayor vigilancia en los centros hospitalarios y de atención primaria, así como más dotación de personal para mejorar la prestación de servicios a la ciudadanía y reducir los posibles conflictos. Cabe recordar que el Centro de Salud de Cártama Estación contó con personal de seguridad en las urgencias, aunque solamente durante la pandemia, como ha ocurrido en otros muchos centros sanitarios, que han prescindido de los vigilantes con el fin de las restricciones por la Covid-19.
A este respecto, CSIF reclama a la Administración que adopte medidas específicas en los centros de protección a los profesionales ante cualquier tipo de situación violenta. Entre ellas, la dotación de personal de seguridad en todos los centros de atención primaria con mayor incidencia de agresiones y/o situaciones violentas; la habilitación de una puerta trasera o salida de escape ante una situación conflictiva; la instalación del ‘botón SOS’ o ‘botón antipánico’ accesible para los profesionales; la difusión de mensajes disuasorios en las líneas de atención al público; y el endurecimiento de las penas por agresiones, tanto físicas como verbales, a profesionales del sistema público de salud
La falta de personal provoca en muchos casos la saturación en los centros sanitarios y largas esperas por parte de los usuarios, lo que genera situaciones de desesperación que desembocan en agresiones tanto físicas como verbales -en forma de insultos, amenazas o coacciones-, hacia el personal administrativo, celadores, auxiliares, enfermeros, facultativos etc…No obstante, a pesar de estas situaciones de demora para los usuarios, nunca se puede justificar la agresión a ningún profesional.
El 75,4% de las agresiones a estos profesionales en hospitales y centros de salud de Málaga fueron verbales, en concreto 141, mientras que el 24,6% fueron con violencia física. Para CSIF es necesario que el personal afectado denuncie toda agresión ya sea física o verbal que suponga cualquier forma de acoso o persecución y pone a disposición del personal afectado a sus delegados para asesorarles a gestionar este tipo de situaciones que sufren en el ejercicio de sus funciones.
Desde hace tres años, la Consejería de Salud y Consumo tiene puesto en marcha un Plan de Prevención y Atención frente a Agresiones a Profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía tras un acuerdo en Mesa Sectorial de Sanidad para encontrar puntos de mejora y reducir los ataques verbales y físicos al personal de centros sanitarios y hospitalarios. Sin embargo, para la central sindical este plan es “insuficiente” y solicita una revisión para poner en marcha fórmulas más eficaces y de aplicación inmediata ante esta lacra intolerable que suponen las agresiones.
Reuniones trimestrales en todas las provincias
En este sentido, el sector de Sanidad del sindicato pide que se cumpla dicho Plan y en todas las delegaciones provinciales de Salud de la Junta se celebren reuniones trimestrales ordinarias y extraordinarias (si se trata de temas urgentes), entre los responsables de la Administración andaluza, los interlocutores policiales, los responsables de los centros asistenciales y los asesores jurídicos, puesto que en la actualidad hay provincias en las que no se están convocando. Además, CSIF reclama que a estos encuentros asistan los representantes de los trabajadores, para así analizar la problemática desde todas las perspectivas y proponer medidas preventivas eficaces para reducir las agresiones.
CSIF insiste en la importancia de la colaboración de los trabajadores sociales como agentes clave para la comunicación con colectivos potencialmente conflictivos en determinadas zonas y, por ello, lamenta que en la práctica no se puede contar con ellos por el bajo nivel de sustitución que se está haciendo en esta categoría.