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- Entre los lugares más emblemáticos destaca el cementerio redondo, siendo uno de los más peculiares de España por su forma; el Museo Morisco o la iglesia de Santa Catalina, levantada originalmente en el XVI sobre una anterior mezquita
- Cuenta con una amplia oferta de casas rurales, goza de una rica gastronomía y de diversas rutas senderistas
El Ayuntamiento de Sayalonga ha presentado en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR) su nuevo spot promocional titulado ‘Sayalonga, un paraíso entre la montaña y el mar’. Con él ha querido potenciar sus atractivos turísticos como pueblo de interior y su proximidad a la playa. En el vídeo también se refleja su característico urbanismo andalusí; el Museo Morisco o su peculiar cementerio redondo. Además cuenta con varias bodegas instaladas en su término municipal.
«Sayalonga guarda el tipismo de pueblo blanco bien conservado, con bellísimas calles y rincones. Y eso es en gran medida gracias al mimo con el que sus vecinos y vecinas cuidan de sus fachadas, las embellecen con plantas y respeta su entramado urbano. Son además personas hospitalarias con los que compartir un buen vino del terreno o un plato con productos de la tierra», ha expuesto la alcaldesa de Sayalonga, Sagrario Fernández quien ha destacado «la gran oferta y demanda de casas rurales que existe en el pueblo tanto en el casco urbano como en el campo». También hay hostales en los que alojarse.
Sayalonga forma parte de la Ruta Mudéjar. Se encuentra a medio camino entre Algarrobo y Cómpeta y su paisaje se caracteriza además de por los viñedos de los que se nutren varias bodegas de la zona por los nísperos, unos frutos naranjas muy solicitados. De hecho, el primero domingo de mayo se celebra una fiesta dedicada a este cultivo con el que cada vez se innovan más elaboraciones culinarias. Entre otras licores, mermeladas o helados.
Sayalonga además ofrece al visitante un cuidado casco antiguo de calles empinadas y casas encaladas con lugares tan peculiares para recorrer como el cementerio redondo- construido en el siglo XIX y que muchos historiadores vinculan a la masonería – la iglesia de Santa Catalina, levantada originalmente en el XVI sobre una anterior mezquita y el Museo Marisco. Otro de los lugares más frecuentados es la calle Alcuza con tan sólo 56 centímetros de anchura.
La proximidad con el Parque Natural Sierras Tejeda, Almijara y Ahama le otorgan muchísimas posibilidades para el turismo activo.