Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 47 segundos
El próximo miércoles 19 de abril a las 18:30, hora local (00:30 del 20 de abril en la Península) se presenta en Ciudad de Panamá el libro de relatos Urdimbres, del escritor panameño Enrique Jaramillo Levi, publicado por Ediciones Azimut.
Dicho acto se celebrará en el Ministerio de Cultura de la República de Panamá y contará con las intervenciones de las escritoras panameñas Danae Brugiati Boussounis y Ela Urriola, así como de la Excma. Sr. Dª. Giselle González Villarué, Ministra de Cultura de Panamá, el Excmo. Sr. D. Guzmán Palacios Fernández, Embajador de España en Panamá, y de Francisco Javier Rodríguez Barranco, director de Ediciones Azimut.
Enrique Jaramillo Levi (Colón, 1944) es sin duda el mejor autor que ha dado el país del istmo. A principios de la década de los setenta del siglo anterior estuvo becado por el Gobierno de Panamá para cursar estudios de creación literaria en México y estuvo vinculado a lo más granado de la narrativa de este país, incluido el propio Juan Rulfo.
Aunque ligeramente más joven que Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa, puede considerarse que se trata del representante panameño del «boom» de la Literatura Hispanoamericana.
En muy apretada síntesis, su hoja de vida sería la siguiente: cuentista, poeta, ensayista y profesor universitario jubilado, así como promotor cultural, investigador literario y editor. Residió en México de 1971 a 1983 y nuevamente de 1993 a 1995. Fue profesor titular de la Universidad Autónoma Metropolitana (Iztapalapa) por 8 años). Entre 2020 y 2021, tras el largo encierro por la pandemia, escribió y publicó 9 libros de cuentos, minicuentos, ensayos y diversas antologías sobre diversos aspectos del cuento en Panamá.
Fundador de premios literarios importantes en Panamá y del «Diplomado en Creación Literaria» de la Universidad Tecnológica de Panamá, en donde laboró en el área de Cultura durante 25 años. Ganador del Concurso Nacional «Ricardo Miró» 2005 por los cuentos de En un instante y otras eternidades (2006); y en 2009, de los «Juegos Florales Hispanoamericanos» de Quetzaltenango, Guatemala, por los de Escrito está (2010). Fundador en 1984 de la revista cultural Maga y en 2013 de Foro/taller Sagitario Ediciones.
Ha publicado numerosas antologías de cuento y poesía mexicana, panameña y centroamericana; y libros de cuentos en importantes editoriales de México tales como Joaquín Mortiz (Duplicaciones, 1973), Alfaguara (Caracol y otros cuentos, 1998), y el Fondo de Cultura Económica (Visión de conjunto, 2013); también ha sido publicado en editoriales de España (como Páginas de Espuma), Venezuela, Argentina, Guatemala, Colombia y Costa Rica. Independientemente de criterios de calidad, es probablemente el autor de más libros en toda la historia de las letras panameñas.
Tal y como él desvela, «de alguna manera muchos de mis cuentos tienen rasgos en común, similares obsesiones, un afán de experimentación formal. Esto es así desde Duplicaciones, colección de 40 cuentos escritos como único becario extranjero del Centro Mexicano de Escritores ese año, bajo la tutela crítica de los escritores mexicanos Juan Rulfo y Salvador Elizondo. El crítico panameño Ricardo Segura, ya fallecido, dictaminó ese año que esos cuetos introducían en Panamá tanto la literatura fantástica como la metaficción… Urdimbres tiende a hibridizar géneros (poesía, ensayo, periodismo, filosofía), pero también a contraponer o fusionar conceptos usualmente considerados antagónicos: sueño/vigilia, creatividad/esterilidad, vida/muerte, felicidad/tristeza, hombre/mujer, físico/mental».
En cuanto a Urdimbres, «Me busco el alma», afirma el autor país del Canal en «Por ahora», uno de los relatos que componen esta obra, y eso es exactamente lo que encontrará el lector en este libro: un profundísimo ejercicio de introspección literaria por parte de un autor cuya obra ha cruzado el Atlántico en diversas ocasiones y ha encontrado natural acomodo en nuestras latitudes mediterráneas, además de recorrer con éxito todo el mundo hispano al norte y al sur del Río Bravo gracias a una extensa producción cuentística, poética y ensayística.
Nos hallamos, pues, ante un conjunto de relatos y microrrelatos que indagan en los diagramas del alma humana y que nos hacen dudar acerca de nuestras más arraigadas convicciones en lo que a las barreras entre géneros literarios se refiere. ¿Prosa poética? Pero, ¿por qué hemos de empecinarnos en adjetivar el arte? Lo que el autor nos ofrece en esta obra es prosa y es poesía al mismo tiempo, ¿qué problema hay? Unos textos que gozan de esa doble naturaleza en los cuales Jaramillo alcanza con inequívoca maestría una fusión admirable de sensibilidades. De la misma manera que sabe moverse como nadie en esa la frontera vaporosa que separa la vigilia del sueño, la ficción de la realidad o la vida de la muerte sin despeñarse por simas plañideras, sin desgarro ni angustia, con destellos sensuales y sutiles hallazgos estéticos en los que diversas variantes de lo absurdo, lo onírico, lo fantástico y lo erótico se funden y se confunden.
En definitiva, toda una reflexión acerca de la esencia humana en donde no les será difícil identificarse a quienes tengan el acierto de acercarse a estas páginas.