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Llegó el verano y todo el mundo corre desesperado por las playas, chiringuitos, fiestas y conciertos. En plena segunda oleada de COVID-19, se olvidan que no solo ponen en peligro su vida si no de todos los familiares que quieren. Aumentan los contagios por bajar la guardia, por pensar, a mí no me ha pasado nada, a mí no me va a pasar. Pues perdóneme, si, le puede pasar y de la manera más tonta, en un simple descuido al tocarse el pelo, los ojos, coger un vaso en una terraza, apoyar la mano en la mesa… y así podría seguir.
Es importante que todos nosotros guardemos cuidado y estemos alerta, pero también es muy importante que los responsables de conciertos y de eventos extremen las precauciones y cumplan los protocolos al máximo. En Andalucía, al igual que en la mayoría de las comunidades autónomas no se están cumpliendo estos protocolos y es por lo que hemos subido tanto en un solo día la tasa de contagio.
La Junta de Andalucía impone en las plazas de toros es obligatorio el uso de mascarillas, una separación de metro y medio entre los asistentes y un aforo máximo del 50%. Así lo ha acordado el comité de expertos del coronavirus en una reunión celebrada hace dos semanas, comunicada por el consejero de Salud, Jesús Aguirre, y el de Presidencia, Elías Bendodo.
Justo después de ser comunicado estas restricciones, con fecha de emisión: jueves 13 de agosto, 22:00 horas, en Canal Sur Televisión. Se retransmitió en directo la segunda corrida de toros nocturna extraordinaria de verano de Fuengirola (Málaga). En este evento no se cumplió el protocolo para la celebración de un festejo de este tipo.
Gente con la mascarilla totalmente bajada, o por debajo de la nariz, incluidos periodistas que deberían dar ejemplo, como por ejemplo el maestro Ruiz Miguel, presentador en esta corrida de toros, que permaneció la duración del evento con la mascarilla por debajo de la nariz, una reportera en callejón con la mascarilla totalmente bajada realizando entrevista, y el público con la mascarilla bajada saludando a cámara.
No se cumplió el 1.5 metro de distancia, lo que supone que con una mascarilla mal puesta y tan cerca unos de otros es tentar al COVID-19.
Del mismo modo, no se puede permanecer de pie y andar de un sitio a otro, pero aquí se pudo ver no solo gente de pie sin mascarilla en los tendidos, sino paseando.
En los parámetros de contagio, del COVID-19, el más relevante es el factor de reproducción R, o el potencial de propagación de un virus. El factor de reproducción R, o sea el potencial de propagación que tiene un virus. Si el número de reproducción es mayor que 1, cada persona infectada transmite la enfermedad a, al menos, una persona más. Así, el virus se propaga. Si el número de reproducción es menor que 1, se infectan cada vez menos personas y el número de infectados disminuye. Para contener la propagación de un virus, su número de reproducción debe ser inferior a Matemáticamente hablando: R < 1.
Cuanto más tiempo esté una persona enferma, más tiempo podrá infectar a otras personas. Cuanto más rápido se aísle a una persona de los demás, menos tiempo tendrá para transmitir el virus a otros. El problema con el COVID-19 es que las personas afectadas son infectadas dos o tres días antes de que comiencen los síntomas. Tiempo en el que pueden infectar a otras personas sin darse cuenta.
Ahora que tenemos tiempo, oportunidad y probabilidad de transmisión,¿qué probabilidades hay de que una persona adquiera el virus y se enferme? Como todavía no existe una vacuna y la tasa de infección (y con eso la tasa de células inmunes potenciales) es bastante baja, esta variable está cerca del 100%. Con el aumento de la inmunización disminuirá.
Sin medidas de contención, cada persona infectada contagiará por lo tanto a otras dos o tres personas. Para controlar la epidemia (es decir, R < 1), se deben evitar cerca de dos tercios de todos los contagios posibles.