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Nuestro país se precia de sus bares, sus restaurantes, su ocio y su hostelería. Por eso, la ausencia de ayudas directas a este sector es aún más escandaloso… si lo comparamos con los países europeos.
Solo las subvenciones al sector en seis países europeos superan los 40.000 millones de euros. Desde finales de 2020, los gobiernos de Alemania, Francia e Italia tomaron medidas para sostener a bares y restaurantes, justo cuando se endurecían las restricciones con el empeoramiento de la tercera ola.
El gobierno holandés ha sido el más generoso con las ayudas directas: 15.000 millones en total, con aportaciones a fondo perdido que superan los 2.500 euros por establecimiento y mes. La segunda en el ranking es Alemania, que ha destinado 10.000 millones en ayudas hasta junio de 2021. Dependiendo del tamaño de la empresa, se puede conseguir hasta 200.000 euros de subvención y hasta el 90% de los costes fijos. Francia otorga a sus bares y restaurantes ayudas de hasta 10.000 euros al mes. Italia abona a sus hosteleros un 20% de los ingresos perdidos.
¿Por qué en Europa sí y en España no?
En nuestro país, en España, las restricciones por la pandemia han golpeado de manera especial en la hostelería. Algo que obviamente tiene consecuencias directas en el empleo: la hostelería ha perdido un 13,3% de sus puestos de trabajo, incluidos fijos y temporales. Todas las ramas de actividad que componen el sector servicios cerraron el año con caídas, aunque algunas más acusadas como en las agencias de viajes y operadores turísticos, cuyas ventas se hundieron un 75%, y los servicios de alojamiento, con caídas del 68%.
Ante esta crítica situación, las plataformas de la hostelería llevan meses exigiendo ayudas directas y exenciones fiscales. España se ha convertido en el único país europeo sin ayudas directas del gobierno central a la hostelería. Las únicas ayudas -que van de lo insuficiente a lo raquítico- son las de algunas comunidades autónomas y ayuntamientos.
Y aquí, en el país de los bares, cuando el sector de la hostelería exige ayudas directas para resistir las necesarias medidas sanitarias, cuando se manifiestan con consignas como “antes de cerrar, las ayudas deben llegar”, parece que están pidiendo la luna. ¿Un sector que representa el 6,5% del PIB no merece 9.000 millones en ayudas directas -el mismo porcentaje- de los 140.000 millones de los fondos que han de llegar de la UE? ¿Por qué en Europa sí y en España no?
¿Ayudas a las pymes o beneficios para la banca?
La otra cara siniestra son las ayudas a las pymes. Los créditos ICO con la pandemia se han convertido en un arma de doble filo. Es cierto que han servido para salvar, por ahora, a un número importante de empresas y autónomos, pero el alargamiento de la pandemia y el retraso de la recuperación de la actividad está terminando por convertir las cuotas de esos préstamos para muchas pymes en un auténtico dogal.
El problema es tan acuciante que el gobierno estudia una serie de medidas: por un lado, condonar una parte del 70% u 80% del crédito que está avalado por el Estado; y por otro la posibilidad de que se aplique una quita a esos préstamos ICO y que la banca asuma su parte correspondiente.
Los banqueros (esos que cobran sueldos de 4,5 millones en plena pandemia), con el gobernador del Banco de España al frente, se han echado las manos a la cabeza y no han tardado ni un segundo en levantarse en contra. ¿Cómo van a tener ellos un “quebranto en sus beneficios”? Sí, son los mismos que en su Asamblea de la CEOE de junio decían que sus propuestas eran para ayudar a salir de la crisis.
Hagamos los números
Con los avales del ICO se han concedido 118.000 millones. Suponiendo que un 30% tuviera problemas y se le aplicara una quita del 20%, tendría un coste de 7.000 millones, 5.000 los pagaría el Estado y otros 2.000 la banca.
Dicen que han tenido pocos beneficios en 2020 porque han provisionado 18.531 millones de euros en fondos para hacer frente a impagos y otros problemas… ¿Y no pueden hacer frente a 2.000 millones para ayudar a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos de este país?
La oligarquía financiera solo entiende de beneficios, aunque sea a costa de hacer más daño y enterrar más negocios y gente que el coronavirus, porque a éste lo derrotaremos en dos, tres… años, pero ellos se quieren quedar para siempre.
El gobierno no debería retroceder ni un milímetro, acabar con los privilegios fiscales de la banca y exigirla la devolución de todas las ayudas de la crisis anterior. ¡Habría dinero para quitas y condonaciones y para que ninguna pequeña y mediana empresa, y ningún autónomo se quedara en el camino!