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(Sebastián Gámez Millán) Las fotografías congelan el tiempo y permiten volver al pasado, espacio que es conveniente conocer para saber de dónde venimos y qué podemos hacer hasta cierto punto, así como para evitar anacronismos, tan comunes en nuestros días. Ayer, 2 de febrero de 2023, a las 19:30 h, unos amigos, algunos representantes de asociaciones culturales de Cártama, acompañamos al fotógrafo Antonio Mancera al rincón de José González Marín (1889-1956), que se expone desde hace pocos días en el salón de actos del IES Valle del Azahar gracias a una donación suya que el Director del centro, Juan Jiménez Morales, en nombre de la comunidad educativa que representa, agradeció sinceramente.
Son numerosas fotografías, muchas de ellas enmarcadas y otras en vitrinas, en las que se aprecia al ilustre rapsoda actuando en diferentes escenarios de Iberoamérica, fotogramas de una intervención cinematográfica, junto al compositor Manuel de Falla, un elogio del dramaturgo Jacinto Benavente, Premio Nobel de Literatura en 1922, con el que mantuvo una cordial amistad…
Antonio Mancera, que se mostró contento, quiso aprovechar ese momento para ampliar la donación con otra carpeta de fotografías, recortes de prensa y otros documentos en los que, además de la figura de González Marín, destaca la historia de Cártama, que ha sido otra de las pasiones de este fotógrafo. Aunque no aparece su nombre en la portada de la biografía José González Marín. El faraón de los decires (1999), uno de cuyos ejemplares se exhibe en la vitrina, la contribución de Antonio Mancera fue decisiva: primero proponiendo la idea de realizarla, y luego aportando material gráfico.
Esta biografía, publicada por el centro de ediciones de la Diputación de Málaga, y con un emotivo y certero prólogo del poeta y periodista Manuel Alcántara, fue importante para la recuperación de la figura pública de González Marín, que no sé bien por qué ha sido sin duda insuficientemente reivindicada por las instituciones de Cártama, como si no formara parte de nuestro patrimonio histórico y cultural. Baste recordar que el teatro, que llevaba su nombre, como observamos en algunas de estas fotos, misteriosamente lo perdió. Me pregunto si ha existido en Cártama algún actor de una talla y un reconocimiento comparable al suyo, ya sea en España como en Latinoamérica.
Estructurada en tres partes, la primera, escrita por el historiador Pedro Dueñas, se centra en la biografía y el contexto histórico. La segunda, dedicada a los diversos testimonios de escritores y artistas, de la prensa española e hispanoamericana, del Gobierno de España, de Cártama y de otras ciudades en las que obtuvo distinguidos reconocimientos (Málaga, Ronda, Alhaurín el Grande, Alhaurín de la Torre…), es trabajo del flamencólogo e investigador José Luis Jiménez. Y la tercera, que aborda al ser humano desde los recuerdos, es obra del escritor Francisco Baquero, que lo conoció de cerca y es uno de sus principales defensores. De hecho, este autor posteriormente publicó El juglar y la virgen peregrina (2010). Ayer los dos primeros acompañaron a Antonio Mancera, y recordaron momentos de la presentación del libro, de la que también se conservan imágenes aquí.
A falta de que se abra al público el estudio-despacho de González Marín, que sorprenderá a muchas personas con un recorrido panorámico por la primera mitad del siglo XX a través de distintas personalidades de ideologías muy dispares, como Gregorio Marañón o Rafael Alberti, este rincón de González Marín en el IES Valle del Azahar es el espacio público más adecuado para aproximarnos a la imagen del rapsoda.